Corría 1976 y durante la temporada de primera división del fútbol español, se jugaba el clásico catalán, entre el Español y el Barcelona. En el club de las franjas azules jugaba el histórico delantero chileno Carlos Caszely, quien ya llevaba un par de años en la liga hispana. Antes del partido los reporteros gráficos se acercaron al "Chino" y le preguntaron "Oye chileno, ven acá que queremos sacarte una foto con Cruyff", a lo que el "Gerente del gol" respondió: ¿Cruyff? ¿Y quien es Cruyff?", sorprendiendo a periodistas y fotógrafos. En todo caso, Caszely se mandaría un partido de aquellos ese día, al anotar el primer gol y asistir dos más, en el triunfo final de su equipo por tres goles a cero.
Un año después, Audax Italiano y Deportes Concepción no se hacían daño en el Estadio Santa Laura, firmando el empate a cero. Aún así, el partido no había sido fome, ya que ambas escuadras se habían creado varias opciones para desnivelar el marcador. Sin embargo, los porteros y las zagas impidieron el gol, en uno y otro lado. Pero, sin duda, la oportunidad más clara fue para el recordado puntero morado Leonidas Burgos, quien desvió un tiro de zurda con el arco a disposición, tras haberse pasado a dos defensas y al arquero. Después del encuentro el alero penquista se recriminaba "cuando me perdí el gol me tomé la cabeza, pero cuando vi la jugada por televisión me la quería cortar". Esa misma temporada 77 el arquero brasileño y ex campeón con Everton, Rafael Grillo, registraría una marca difícil de igualar. Tras haberse titulado con los "Oro y Cielo", en 1976, había partido a Regional Antofagasta, cuadro con el que realizaría una campaña para el olvido, terminando en el último lugar de la tabla de posiciones. Pasó, en 12 meses, de la gloría al fracaso, sin términos medios. Por esos días se comentaba "Como tan quemado el portero brasilero, tuvo 18 equipos para elegir y optó por el más malo". Y para finalizar, una de los "Chunchos", a fines de los sesenta la U estaba de gira por Grecia y Roberto Hodge venía llegando atrasado al almuerzo de la delegación. En eso el entrenador, Luis Álamos lo reprende y le dice "Roberto ¿Dónde te habías metido? Y el jugador muy canchero le responde: "Es que estaba conversando en la esquina". /HDF Manuel Pellegrini jugo 14 años por la U y no vistió ninguna otra camiseta que no fuera la azul, siendo titular inamovible en la zaga del "Chuncho". Uno de sus momentos más complejos en la tienda universitaria fue cuando dejó el club su referente máximo, Alberto Quintano. Todos pensaban que nadie podría llenar el vacío dejado por el gran “Mariscal”. Y cuando Pellegrini quiso tomar el relevo muchos lo tildaron de “tieso e impreciso con el balón”. Sin embargo, a punta de esfuerzo y muchas horas de trabajo Manuel fue superando sus defectos y, poco a poco, comenzó a tapar esas bocas que lo apuntaban con el dedo. Incluso poco después fue convocado, por única vez, a la selección chilena, para un partido amistoso con Brasil, que terminó empatado a un tanto.
Antes que el Loco Araya apareciera en escena, otro arquero irreverente llenó de alegría y excentricidad las canchas de fútbol. Hablamos de “Atila, el Rey de los Hunos”, como se hacía llamar Francisco Fernández, quien jugó entre los 50 y los 70 por varios equipos (Unión Española, Audax Italiano, Magallanes, La Serena, Universidad Católica, Antofagasta, Green Cross y Aviación). Fue uno de los primeros porteros que se atrevió a salir del arco, adelantándose para apoyar a sus defensores y salir jugando desde atrás. Esta característica de su juego, innovadora para su tiempo, hizo que lo catalogaran como loco o suicida dentro de la cancha, atrayendo admiradores, pero también muchos críticos. Carlos Pluto Contreras fue pilar inamovible tanto del Ballet azul, con el que consiguió seis títulos, como de la célebre selección chilena del Mundial 1962, donde compartió posiciones defensivas junto a Escutti, Eyzaguirre, Sánchez y Navarro. Fiero en la marca y de buen juego aéreo por su altura realizo grandes partidos en esa gesta heroica del mundial chileno, fundamentalmente en los encuentros con Suiza, Italia y la Unión Soviética. Aparte de la U, jugó por Antofagasta, donde se retiró en 1972. Francisco “Gato” Silva protagonista absoluto de la última final con Argentina, en la Copa Centenario 2016, ingresó ese día en el minuto 102 del período suplementario, en reemplazo de Alexis Sánchez. Cuando terminó el partido el técnico Juan Antonio Pizzi preguntó quién quería patear los penales, y el “Gato” se quedó pensando por algunos instantes si se inscribía o no en la lista de elegidos. La dudó un poco, pero en el último momento, cuando ya no había más plazo, optó por anotarse entre los pateadores y, más encima como el último. Claro que unca pensó que el destino le asignaría a él la difícil misión de definir la final de América. Sin embargo, cuando esta alternativa se transformó en escalofriante realidad Silva, con una tranquilidad y frialdad envidiable, se tompo su tiempo, contempló a su víctima e hizo su tarea de manera brillante, batiendo al meta Romero. Se tenía fe el “Gato”, de hecho, ya tenía decidido de antes el remate arrastrado y a la derecha del arquero argentino. /HDF Jaime Ramírez, gran figura del fútbol chileno, mundialista del 62, solía gustar del juego de las cuerdas, tal como lo hacen los boxeadores. Era tanto, que en ocasiones llegaba a dañarse los tendones de Aquiles. Cuando no hacía caso de la recomendación médica, recibía la correspondiente reprimenda del doctor y siempre prometía acatar las recomendaciones.
Víctor Pizarro explicaba a un medio de prensa el porqué de su apodo “Pelusa”: según él, en 1974 estaba en el “Chago” y se fue porque no le pagaban. Tras el impase dejó el fútbol por un tiempo y se ganaba los pesos en cualquier cosa. Un día hubo una toma de terrenos y ahí estaba Víctor con su banderita. De repente apareció don Julio Varela, el presidente de Santiago Morning, quien lo vio y le dijo, <Chitas que soy pelusa>, de ahí quedó con el sobrenombre”. Orlando “Chocolito” Ramírez, ex delantero de la UC y Palestino llevaba ya varios años retirado de la actividad, cuando una noche de 1976, en el marco de una reunión de apoderados del colegio de su hijo, recibió un desafío de un grupo de menores presentes, quienes se atrevieron a apostarle que no era capaz de volver a jugar al futbol. Obviamente, no faltaron los que motivaron a “Chocolito” a aceptar la apuesta y tapar la boca a de los incitadores. A los pocos días Ramírez se fue a entrenar a Trasandino y pocas semanas después recibió un llamado del “Zorro” Álamos, quien estaba entrenando a Santiago Morning, para que se integrara al equipo. El re debut llegó y lógicamente el jugador cobró la apuesta a los niños. En un partido entre O´higgins y Deportes Concepción, en Rancagua, el delantero uruguayo Olivera le dio un baile de aquellos al recordado defensor lila y de la selección nacional Rolando García, quien no encontraba la manera de detener al rápido y escurridizo atacante oriental. De hecho, en más de una ocasión García abuso de los manotazos, ante el reclamo reiterado del jugador celeste. Este último, ya cuando el duelo había terminado, le mandó un mensaje a García: “Para la próxima navidad te regalaré unos guantes de box, para que te dediques mejor al boxeo”. /HDF A mediados de los 80 se inicia una masiva fuga de jugadores chilenos hacia el exterior, un hecho motivado por los buenos contratos y por la posibilidad de jugar en ligas más competitivas. Roberto Rojas y Fernando Astengo parten a Brasil (a Sao Paulo y Gremio respectivamente). En España ya estaban Patricio Yáñez (Betis), Jorge Contreras (Las Palmas) y Oscar Wirth (Valladolid). Por su parte, Ivo Basay jugaba en el Stade de Reims francés y Jorge Aravena rompía redes en el fútbol colombiano (Deportivo Cali). A todo lo anterior, había que sumar la colonia mexicana donde figuraban, con dispar éxito, nombres como Sandrino Castec, Martín Gálvez, Mariano Puyol, Edgardo Fuentes, Gustavo Moscoso, Alfredo Núñez y Nelson Sanhueza, entre otros. Y, por último, en Grecia habían recalado Alejandro Hisis y Jaime Vera, contratados por el OFI de Creta.
Cuentan que el "Pillo" mientras jugaba uno de tantos partidos de la liga helénica, perdió la paciencia con el árbitro del cotejo, y no halló nada mejor que garabatear al juez en un pésimo y mal hablado griego, siendo que usualmente lo hacía en español. El referí lo quedó mirando fijamente y estalló en una gran carcajada. Eso si igual le plantó la tarjeta amarilla al ex volante nacional. Al otro lado del mundo, en México, fueron varios los goleadores chilenos que han triunfado en la liga azteca, a punta de efectividad a la hora de convertir. Figuran en la lista el recordado Osvaldo "Pata Bendita" Castro, con sus 169 goles en nueve temporadas, o Carlos Poblete con 125 tantos entre los años 86 y 95; Ivo Basay, con 103 goles en cinco temporadas; y el "Fantasma" Figueroa, con 100 dianas en nueve campeonatos. En los últimos años destacan los nombres de Rodrigo "Pony" Ruiz, Héctor Macilla y sobre todo de Humberto "Chupete" Suazo, que se cansó de hacer goles en el Monterrey, anotando 121 tantos en 220 partidos. Volviendo a Sudamérica, más precisamente a Colombia, uno que brilló con luces propias fue Jorge “Mortero” Aravena, quien salió goleador del torneo cafetero en 1987, jugando por el Deportivo Cali. El 10 chileno sobresalió en todas las canchas, convirtiendo 23 goles, todo un logro si se piensa que coincidió en el tiempo con una de las mejores generaciones de jugadores colombianos, entre ellos su compañero de equipo, el “Pibe” Valderrama. /HDF Pese a que gran parte del período de Elías Figueroa en Brasil fue feliz y fructífero, para él, familiar y profesionalmente, también hubo momentos no tan buenos en las tierras cariocas. Uno de esos episodios difíciles lo vivió cuando fue nombrado mejor jugador de América, en 1976. En esa ocasión se armó una gran fiesta en Venezuela, cuyo plato fuerte fue un encuentro entre Real Madrid y un equipo de "Resto de América". Al final del partido, le entregaron al gran capitán chileno una placa recordatoria, ante un montón de periodistas brasileños, argentinos, uruguayos y mexicanos. Pero lo que más llamó la atención de Elías fue que no había ningún profesional de la prensa de nuestro país en ese importante momento para él, lo que le molestó bastante esa noche. El famoso "pago de Chile".
Otra situación compleja para Figueroa ocurrió una noche, en que estaba comiendo, con su señora, en un restaurante de Sao Paulo. De manera intempestiva una mujer lo agarró del cuello y le plantó un beso en la boca ante la sorpresa del jugador y de todas la demás personas que estaban en el lugar. Obviamente la situación molestó mucho al chileno y a su esposa, que se retiraron inmediatamente del sitio. Pero, sin duda, lo más incómodo que le sucedió al crack nacional en Brasil fue cuando le sacaron unas fotos desnudo, con teleobjetivo, lo que causó más de una molestia a los hijos del zaguero chileno. HDF En 1974 Jorge Garcés aparecía como una figura promisoria del fútbol chileno, un puntero derecho con carácter y que ofrecía velocidad y desborde para su equipo, en ese entonces Santiago Wanderers de Valparaíso. Su debut en el fútbol profesional recién había sido un año antes, por los "Caturros", tras lo cual vendría un llamado a integrar la selección chilena juvenil, donde mostraría toso su talento y calidad. La misma que en las temporadas siguientes exhibiría en San Luis de Quillota e Iberia Bio Bio.
Pero, a fines de 1976 Garcés decide proyectar su carrera en el extranjero, algo inusual para la época, cuando las exportaciones de futbolistas todavía eran algo raro y sólo se daban a cuenta gotas. La primera aventura la vive en Honduras, donde pasa dos años en el Real España. Luego regresa fugazmente a Chile, para jugar unos meses en Lota Schwager, para nuevamente partir al exterior, esta vez a Europa. En el viejo continente no lo pasa bien Jorge, ya que el contacto que llevaba desde Chile se hace humo y queda un poco a la deriva. Luego tiene la opción de ir al Amiens de la segunda división de Francia, pero el traspaso se cae en último minuto. En esos momentos de gran incertidumbre toma la decisión de enfilar rumbo a Bélgica, en esos años una potencia naciente del fútbol mundial. En ese país, vive tres meses de pesadilla, solo, sin casi poder comunicarse por el idioma y buscando donde poder insertarse laboralmente. Al final, un represente argentino lo ayuda y se presenta en el Royal Boussu Dour Borinage, que juega en la segunda división belga. Tras una pequeña prueba Garcés es aceptado en el equipo y comienza su recorrido europeo. Y no le va nada de mal, ya que al final del torneo se convierte en el segundo mejor anotador. El roce con el fútbol de Europa lo hace crecer notablemente como jugador y ya no es sólo el hábil puntero derecho, sino que ahora es un referente de todo el ataque, a lo que ha sumado un notable rendimiento físico. Son días felices para el chileno, que muy luego sería tentado por el Rayo Vallecano español, a donde recalaría en 1983, con un aceptable paso por la hoy Liga de las Estrellas, en el cual permanece por una temporada. Jorge Garcés vuelve a Chile al año siguiente, para integrarse al brillante cuadro de la Universidad Católica que terminaría probándose la corona ese año. Sin embargo nunca pudo debutar por la UC en partidos oficiales, a raíz de un problema que hubo con su pase. Y cuando el dilema se resuelve, decide emigrar a Deportes La Serena, en 1985. Como la vuelta a Chile no cumplió sus expectativas, en la temporada siguiente vuelve a Bélgica, para incorporarse al RFC Arquennes, donde se retira del fútbol activo en 1987. /HDF Chile siempre ha tenido buenos especialistas para los tiros libres, tanto los que le pegan fuerte al balón como a los que le gusta el efecto endemoniado, que deja parado al portero. Entre los primeros sobresalen el gran Leonel Sánchez, Eladio Rojas, Osvaldo Castro, Juan Carlos Orellana y Jorge Aravena. Cuando ellos se ponían frente a la pelota las barreras temblaban y los arqueros debían extremar recursos y concentración. Como no recordar el bombazo de Leonel que batió a la "Araña Negra" en Arica; o los "fierrazos del "Pata Bendita", que empalidecían a las defensas rivales. Y para que hablar del zurdo Orellana y sus inolvidables goles olímpicos; y del gol imposible de Aravena, que causó admiración mundial.
Por otro lado, entre los que gustaban del "chanfle" hay que mencionar a Alberto Fouilloux, quien fue el primero que trabajó este tipo de efecto a la pelota, el que acompañaba escondiéndose de la barrera, para que el arquero no supiera cuando iba a tirar. Muchos fueron los goles que así marcó el "Tito" en la UC, Unión Española, Huachipato y el Lille francés. También no pueden faltar en esta lista nombres como Francisco "Chamaco" Valdés, de quien todavía se acuerdan en Buenos Aires, por el gol desde 40 metros que le hizo a Gatti; Mario Salinas, el "Maestrito", que paseó su exquisita técnica jugando por Huachipato, Everton y Universidad Católica; Carlos Rivas, quien se mandó ese golazo frente a Ecuador, en el 81; Víctor Merello, y sus goles por el Cobreloa vice campeón de América; José Luis Sierra y su zurda mágica en Francia 98; y Jaime Riveros y su efecto terrible, con el que hizo campeón a Everton en 2008. Este es un homenaje a todos ellos, eximios especialistas en remates de larga y mediana distancia, que podían transformar rápidamente en gol una falta o descuido del rival. /HDF Cuando ya estaba en el Inter de Milán, Zamorano viviría una de las tardes más tristes de su carrera cuando el cuadro lombardo disputo la final de la Copa de la UEFA (hoy Europa League), frente al Schalke 04. En esa jornada de mayo de 1997 el equipo italiano había forzado la tanda de los penales, luego de ganar en el tiempo reglamentario y emparejar la diferencia de goles. Sin embargo, el infortunio llegaría desde los doce pasos, ya que el gran capitán chileno fallaría el primer lanzamiento sembrando la desazón en la exigente hinchada negriazul, que minutos después vería como el equipo alemán ganaba la serie llevándose la copa. Tras el término del partido, "Bam Bam" se abrazó con su amigo Javier Zanetti y desconsolado soltó algunas lágrimas de rabia e impotencia. Le había tocado bailar con la fea. Pero muy luego se levantaría otra vez, como siempre lo hizo en su brillante paso por el fútbol.
La venganza llegaría justo un año después, cuando en una nueva final de la Copa UEFA (esta vez frente a la Lazio de Roma) sería determinante en la obtención del título para el Inter, haciendo una dupla terrible con el "fenómeno Ronaldo". Zamorano inició los festejos en el minuto 5 con una estocada de derecha, tras brillante habilitación de Diego Simeone. Y después, asistiría a su entrañable amigo Javier Zanetti, para que el lateral argentino fusilara al golero Marchegiani. El tercer gol lo haría Ronaldo para sentenciar el final del partido y decretar la tercera Copa UEFA en la historia, para los interistas. Iván terminaba saboreando un triunfo importante, en una temporada más bien amarga, ya que vivió la mayor parte del tiempo desde la banca, debido a que el técnico Simoni se inclinaba más bien por la dupla de ataque Ronaldo-Djorkaeff. /HDF |