Una del acero. En agosto de 1973 el primer equipo de Huachipato se encontraba de gira por Centro América. Luego de jugar y ganar en Panamá y Costa Rica, se dirigió a Honduras, sorprendiéndole el golpe de estado del 11 de septiembre, en la bella y antigua Tegucigalpa. En ese país fueron a jugar con el equipo de San Pedro Sula, donde los recibió un chileno residente que era dueño de un restaurante. Luego de terminado el partido, que se ganó uno por cero, el equipo fue a comer al restaurante del connacional, quien estaba tan contento con la visita de Huachipato que se puso a repartir fajos de dinero a los jugadores y dirigentes, ante la mirada atónita de los comensales. Luego de dejar Honduras, la delegación partió hacia Guatemala, donde se perdió el único partido, por un tanto a cero, con la selección local. El regreso a Chile se pudo concretar sólo a fines de septiembre, cuando se abrió el tráfico aéreo, post golpe. Al tocar nuevamente suelo nacional los jugadores se encontraron con otro país. /HDF
Otra de los negriazules de Talcahuano. Siendo entrenador de Huachipato Andrés Prieto, el equipo viajaba por vía aérea cuando debía jugar con Deportes La Serena. Como el DT tenía gran temor a los aviones, se sentaba y no emitía palabra alguna hasta que el aparato tocaba tierra. Sabedores de esto, nadie le dirigía la palabra, salvo ante necesidad extrema. Eran las mañas del "Chuleta", un genio dentro y fuera de la cancha. /HDF
Un verdadero drama se vivió la fría tarde del 30 de agosto de 1955, en el Estadio Santa Laura, mientras se jugaba el encuentro entre Palestino y Magallanes. Antes que terminara el primer tiempo y segundos después que los de colonia abrieran la cuenta, el árbitro Raúl Iglesias cayó sorpresivamente al suelo, víctima de un infarto cardiaco, ante las miradas de espanto de los jugadores y del público asistente. Nada se pudo hacer, pese a los intensos esfuerzos que se hicieron por reanimarlo, el referí había dejado este mundo en la cancha de Plaza Chacabuco. /HDF
En 1994 se disputó, en el Estadio Santiago Benabeu de Madrid, la Copa Iberia, entre el Real Madrid y Boca Juniors de Argentina. En un hecho inédito se enfrentaron ese día dos de los mejores jugadores chilenos de los años 90: Iván Zamorano, delantero del cuadro merengue, e Ivo Basay, goleador del equipo xeneize. El marcador terminó 3 a 1 para los locales y ninguno de los dos jugadores nacionales convirtió. Para la posteridad, ambos jugadores se sacaron la foto de rigor y se desearon la mejor de las suertes en sus respectivos equipos. /HDF
Un autogol bastante recordado ocurrió en 1971, Unión Española jugaba con Independiente de Avellaneda, por Copa Libertadores de América. Corría el minuto 34 del primer tiempo, cuando los rojos de allende Los Andes lanzan un centro a la olla, que no significaba ningún peligro para los hispanos. El Polo Vallejos sale a cortar el balón, pero antes se interpone el pelado Berly, quien con impecable palomita vence al portero y convierte en su propia puerta, ante las miradas atónitas de los demás jugadores de la unión y también de todos los que estaban presentes en el estadio. Tras el tanto, Berly, con la mirada fija en el pasto, no se podía convencer de lo ocurrido, y sólo el apoyo fraternal de sus compañeros lo devolvieron al partido. /HDF
La mayor tragedia que registra el fútbol chileno ocurrió el 3 de abril de 1961, cuando el avión en que viajaba el equipo de Green Cross cayó en la Cordillera de Los Andes matando instantáneamente a gran parte de la delegación. El cuadro de la cruz verde volvía de Osorno, donde había disputado un partido con el cuadro local, válido por la Copa Chile, pero lamentablemente uno de los dos aparatos en los que viajaba el plantel no llegaría a su destino. Los restos de la aeronave accidentada fueron encontrados una semana después, en el Cerro Lástima, del Cajón Longaví, a más de 3 mil metros de altura. Perdieron la vida en el desafortunado viaje 24 personas, entre ellos el entrenador Arnoldo Velázquez, el kinesiólogo Mario González y los jugadores Alfonso Vega, David Hermosilla, Héctor Toledo, Dante Coppa, José Silva, Manuel Contreras, Berti González y Eliseo Mouriño. Este último era una de las figuras del fútbol argentino y había sido recién contratado por Green Cross. Pero lo más dramático es que había sido invitado en forma especial en este viaje, para que comenzara a conocer a los miembros del equipo. /HDF
En el campamento de El Salvador, ubicado en la Tercera Región de Atacama, se ubica el Estadio El Cobre, donde regularmente juega el equipo de Cobresal. Este recinto deportivo fue remodelado y ampliado en 1986, cuando el equipo minero participó, junto a Universidad Católica, en la Copa Libertadores de América de ese año. Lo curioso es que, por disposiciones de la CONMEBOL, el aforo debía albergar cómo mínimo a 20 mil personas, lo que permitía que todo el pueblo asistiera al estadio, ya que vivían en ese entonces cerca de 15 mil personas en esa localidad nortina. /HDF
En los años setenta, en un partido Iberia-Concepción, por la copa Isidro Corbinos, los lilas tuvieron que ir a jugar a Parral, porque la cancha de Los Ángeles estaba en reparaciones. Cuando los equipos salieron al campo parralino se percataron de que éste tenía una zanja diagonal que lo cruzaba, que era no menor. Sin embargo, a esa altura había que jugar así no más, por lo que durante el partido cuando los jugadores se acercaban a la zanja debían levantar la pelota, saltar y seguir. /HDF
El torneo oficial de 1934, tiene el récord de goleadas en un solo campeonato. Son cuatro boletas que quedaron grabadas a sangre y fuego: Magallanes 14, Santiago National 1; Magallanes 11, Morning Star 0; Unión Española 10, Green Cross 0; y Badminton 10, Deportivo Alemán 3. Las abultadas victorias se debían, fundamentalmente, a la gran diferencia futbolística que había entre los equipos "grandes " de la época (Magallanes, Audax Italiano, Colo Colo y Unión Española) y la mayoría de los otros, que apenas rozaban el profesionalismo. /HDF
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