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Colección de Historias

Mini historias de arqueros

12/20/2020

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Jugaba Santiago Morning con Everton en la década del 50, en un disputado encuentro. En uno de los tantos ataques de los “Ruleteros” el puntero de apellido Báez, en su afán por ir contra la valla bohemia, tuvo un violento choque con el arquero Alberto Expósito. El delantero viñamarino quedó literalmente desvanecido sobre el pasto, mientras que el portero de los autobuseros se retorcía de dolor. Los jugadores del Morning corrieron en auxilio de su guardavallas y al acercarse escucharon que este lo único que decía era: "¡Me mataron! ¡Me mataron! ¡Estoy muerto!" En eso, uno de sus compañeros, Biondi, le contestó: "cállate gil, no ves que el muerto es el otro", apuntando a Báez quien todavía no daba señales de vida.   
 
Tiempo después (1959), en Buenos Aires, Chile se entrenaba en la cancha de Boca (La Bombonera), en el marco del campeonato sudamericano que se jugaba en Argentina. Era una práctica con todas las de la ley, incluso con árbitro y en medio de un calor extremo. La Roja enfrentaba a una mixtura de titulares y reservas del cuadro xeneise. Cuando los rojos se imponían 1 x 0 vino un tiro largo, desde unos cincuenta metros, enviado por uno los defensas argentinos y la pelota entró limpiamente en el arco del portero chileno, Francisco Fernández. Lo más curioso de todo es que cuando el balón entró no había nadie bajo los tres palos. ¿y dónde estaba el arquero chileno? Se encontraba junto a un poste degustando un refrescante helado….plop, 
 
En esa misma época jugaban un entretenido duelo Universidad Católica y Palestino cuando, de repente, uno de los jugadores árabes se despachó un balazo imparable, desde muy lejos, que entró junto a uno de los postes cruzados defendidos por el portero Sergio Litvak. Pero increíblemente el balón volvió a salir del arco por una pequeña rotura de la red, situación que fue aprovechada por Litvak, quien puso la pelota en área chica para el saque de meta. El árbitro que había validado el gol tuvo un momento de vacilación, lo que motivó la airada reacción de los futbolistas tricolores que se tomaban la cabeza ante la duda del juez. En eso, el defensa católico Manuel Álvarez se acercó sigilosamente al referí y le dijo: “Señor árbitro, usted cree que a Sergio le pueden hace un gol desde 40 metros”. El colegiado lo miró fijamente y exclamó: “de veras” y luego ordenó saque de meta, ante la mirada desesperada de los jugadores de Palestino y una mueca burlona del avivado meta.
 
Otra de Litvak, jugaba la UC con Santiago Wanderers y el meta católico se quejaba de una lesión en una de sus piernas, producto de un encontrón con un jugador caturro. Ante el dolor en aumento el golero se tiró al suelo aparatosamente y ahí estuvo un buen rato, lo que motivó la interrupción del partido. En eso, se acercó Manuel Alvarez, quien le dijo: “Vamos flaco levántate, te quejas por sólo un rasguño, no te acuerdas que a Galvarino le cortaron las dos manos y ni se que arrugó. ¿Y como siguió atajando? respondió el adolorido Litvak……
 
Y para terminar, una del Audax. Corrían los tiempos en que a los itálicos los entrenaba el húngaro Ladislao Pakozdi, el mismo que sacó campeón a los verdes en 1957. Al europeo le gustaba participar activamente en los entrenamientos con sus dirigidos, principalmente con los porteros, ya que en su época de jugador se caracterizaba por su potente remate. Precisamente Pakozdi estaba probando al arquero suplente Donoso, a quien le tiraba fuertes tiros de mediana distancia. Pero, para sorpresa de los presentes, uno de los balonazos del técnico tuvo tal violencia que le rajó la mano al gurdavallas, en una herida grande y profunda que iba desde el dedo pulgar el índice. Todos se miraron sorprendidos por la situación, ya que pese a que había barro y la pelota estaba pesada era raro que un remate provocara tal daño. El entrenador luego de cerciorarse de que el meta tuviese la debida atención médica se vanagloriaba de que todavía le quedaba dinamita en sus pies… HDF/Croata
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30 marcas de jugadores chilenos

11/17/2020

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En los más de 100 años del fútbol chileno hay un selecto número de jugadores que dejaron su huella en la historia con marcas de todo tipo, incluyendo algunas que aún no han sido superadas. Este es un recuento de las 30 más importantes, tanto en lo que respecta a los torneos nacionales, como aquellas que tienen que ver con la Roja de todos. 

Marcas de jugadores en el Torneo Nacional
1. Más partidos jugados:
Adolfo Nef (624 partidos, entre 1965 y 1987).

2. Mayor goleador histórico en torneos nacionales:
Esteban Paredes (218 goles -noviembre de 2020-).

3. Mayor goleador en un mismo torneo:
Luis Hernán Alvarez, de Colo Colo (37 goles, en 1963).

4. Mayor goleador en un torneo corto:
Patricio Galáz, de Cobreloa (23 goles en 25 partidos).

5. Jugador con más títulos en primera división:
Luis Mena, de Colo Colo  (11)

6. Jugador con mayor número de goles en un partido:
Lukas Tudor, de Universidad Católica  (siete goles a Deportes Antofagasta, en 1993).

7. Jugador con más goles en torneos consecutivos:
Rubén Martínez, de Colo Colo (1989. 90 y 91),

8. Jugador con más goles de manera consecutiva:
Jaime Riveros, de Cobreloa (21 goles en 15 partidos, Apertura 2004).

9. Jugador que acabó goleador en más torneos diferentes:
Esteban Paredes, de Colo Colo (seis, entre 2009 y 2018).

10. Jugador que convirtió el gol más rápido en un torneo nacional:
Carlos Aguilar, de Huachipato, en 2010 (7..3 segundos).

11. Jugador extranjero que anotó el primer gol en un torneo nacional:
Gino Lacoponi (italiano), de Audax Italiano,  el 23 de julio de 1933, al Morning Star. 

12. Más goles en menos tiempo:
Mario Vargas, de Huachipato, en 2001 (tres goles en tres minutos, contra Coquimbo).

13. Autor del primer gol en un partido del campeonato nacional: 
Julio Miranda, de Audax Italiano (22 de julio de 1933)., contra Morning Star.

14 Jugador con más tarjetas rojas:
Moisés Villarroel, de Santiago Wanderers (24 tarjetas).

15, Jugador expulsado en menos tiempo de juego:
Wilmer Velázquez, de Deportes Concepción, en 1996 (nueve segundos).

16, Arquero con la valla invicta por más tiempo:
José María Buljubasich, de Universidad Católica, en 2005 (22 horas y 32 minutos).

17. Jugador extranjero con más títulos:
Marcelo Barticciotto (siete estrellas).

18. Primer jugador chileno cedido al extranjero:
Iván Mayo, transferido desde Colo Colo a Vélez Sarfield (Argentina), en 1933.

Marcas de jugadores de la Roja
19. Máximo goleador de la Roja:
Alexis Sánchez, 46 goles (noviembre de 2020).

20. Jugador con más participaciones en la Roja:
Alexis Sánchez (136 partidos -Noviembre de 2020-)..

21. Jugador de la Roja que ha jugado más mundiales:
Elías Figueroa (tres -1966, 1974 y 1982-).

22. Jugador de la Roja que anotó goles en más de un mundial:
Jean Bonsejeur (dos -2010-14).

23. Jugadores de la Roja que jugaron más eliminatorias de la copa del mundo:
Claudio Bravo y Jean Bonsejeur (cinco procesos).

24. Jugador de la Roja, que anotó el primer gol de Chile en un mundial:
Carlos Vidal, frente a México, en la Copa de Mundo Uruguay 1930.

25. Jugador de la Roja con más presencias en la Copa América:
Sergio Livingstone (seis participaciones y 34 partidos). 

26. Unico arquero de la Roja con la valla invicta en una eliminatoria:
Mario Osbén, (Proceso clasificatorio para España 1982). 

27. Máximos anotadores de la Roja en un mundial:
Leonel Sánchez (cuatro goles -1962-) y Marcelo Salas (cuatro goles -1998-).

28. Primer jugador expulsado en un mundial de futbol:
Carlos Caszely (Alemania  1974).

29. Primer jugador que perdió un penal en la historia de los mundiales:
Carlos Vidal, contra Francia, en Uruguay 1930.

30. Arquero chileno que ha jugado más mundiales.
Claudio Bravo (dos - 2010 y 2014-).

HDF/jma

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Anecdotario del Jugador Chileno 6

10/31/2020

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El día que Carlos Caszely se puso la camiseta cruzada.
A pesar de que los hinchas de Universidad Católica lo nieguen, terminantemente, sí pasó. El "Chino" Caszely jugó un partido completo con la casaquilla de la UC. durante un duelo amistoso, con motivo de la inauguración de la luz artificial del Estadio San Carlos de Apoquindo. Fue a fines de los 80,  poco tiempo después del estreno oficial del recinto (septiembre de 1988) y cuando el "gerente del gol" ya estaba retirado.. El encuentro, que fue protagonizado por directivos, amigos y algunos ex jugadores, fue con todas las de la ley y, obviamente, tuvo como gran figura al histórico goleador de Colo Colo y la Roja de todos. 

El abuelo del mundial.
Durante la Copa del Mundo España 1982 ocurrió un hecho curioso que tuvo como protagonista al capitán de la selección chilena, Elías Figueroa. El legendario defensa tenía, al comenzar el torneo, 35 años cumplidos y curiosamente ya era abuelo, porque su hija de 18 años había dado a luz poco tiempo antes. De esta manera, Figueroa se transformó en el primer "jugador abuelo" que juega un mundial, otro récord más para uno de los mejores futbolistas chilenos de todos los tiempos. 

Zamorano 1 + 8
Iván Zamorano el gran artillero chileno de los 90 tuvo una exitosa pasada por el Intenazionale de Milán, donde, entre otras cosas, ganó la Copa de la UEFA. Durante el primer año con los lombardos "Bam Bam" ocupó, como era su costumbre, el dorsal nueve, pero, poco después, con la llegada al equipo del brasileño Ronaldo, se produjo un episodio que quedaría para siempre en la memoria colectiva. Al principio el "Fenómeno" accedió, a regañadientes, a ocupar la camiseta 10, manteniendo la 9 para Zamorano, pero la empresa Nike presionó -por razones comerciales- para que finalmente Ronaldo se quedara con la emblemática numeración. En vista del dilema el atacante chileno sugirió una creativa salida que dejó contentos a "moros y cristianos". La solución consistió en que el ex-RealMadrid ocupara una camiseta con un número especial y único: 1 + 8. Y así fue no más, lo que causó revuelo en toda Europa. 

Autógrafos falsos
Poco antes del Mundial Brasil 1950, la selección chilena disputó un match de despedida en el Estadio Nacional, en el cual tuvo un portentoso debut Jorge Robledo, ex-patriado jugador chileno que actuaba en el Newcastle inglés.  Apenas terminado el encuentro el público se volcó a la cancha para saludar y pedir un autógrafo al destacado futbolista, entusiasmados por su fenomenal exhibición. Robledo impresionado por la cantidad de personas que se le fueron encima tuvo que hacer grandes esfuerzos para evadir el acoso de los hinchas. Para ello contó con la ayuda fortuita de su compañero, Fernando Roldán, quien aprovechándose de su parecido con la estrella de la Roja se puso delante de los fanáticos y comenzó a firmar autógrafos, a diestra y siniestra. Pasó harto rato y Roldán seguía firmando, hasta que finalmente alguien se dio cuenta, lo que causó la risa generalizada entre los presentes. 

Otra de Robledo
El "Gringo" Robledo pasó  40 días en Chile, antes de que se jugara el campeonato mundial de Brasil 1950. La idea era que se adaptara algo al país y que conociera a sus compañeros, Pero como había partido a Inglaterra a los cinco años de edad no hablaba nada de español, Eso, sumado a su timidez, complicaron, en parte, su proceso de chilenización.  En todo caso algo logró aprender. para entenderse con los demás seleccionados, en el campo de juego. Por ejemplo, al "Colo Colo Muñóz le decía: "Chutea cabro" y a Cremashi le gritaba "Echale chico". Pero lo que más risas producía era "Pásala Chuleto", cuando de dirigía a Andrés "Chuleta Prieto". 

Amnesia por pelotazo. 
Cuentan que en los años 40 un jugador del antiguo y desaparecido Santiago National recibió un pelotazo seco en la cabeza y cayó desvanecido en el campo de juego. Varios futbolistas se acercaron a reanimarlo y, de a poco, éste se fue re incorporando hasta que volvió a jugar, aparentemente bien. Luego de terminado el match nuestro protagonista enfiló hacia el camarín y llamó la atención que no respondía los llamados de sus compañeros.  En eso, de repente dijo "Chao" y partió rumbo a su casa. Pero al mirarlo todos estallaron de risa, ya que el malogrado jugador se iba en camiseta y calzoncillos. Días después su estado de conmoción lo obligó a guardar reposo y lo más grave es que a cada rato preguntaba ¿con quien jugamos? Pero el episodio no paro ahí, ya que días después se le olvidaba donde vivía o se metía en casas ajenas. Afortunadamente con las semanas el cuadro de amnesia fue desapareciendo. HDF/jma 

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Anecdotario del Jugador Chileno 5

6/18/2020

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Los jugadores de fútbol, y el chileno no es la excepción, son fuente inagotable de anécdotas, tanto fuera como dentro de la cancha. Entonces, a ponerse cómodo para disfrutar cinco episodios reales ocurridos en nuestros pastos.

El arquero devoto. En los años 30 uno de los arqueros de reconocida calidad que había en Chile era Juan Ibacache, portero de Magallanes. Era seguro, de buenos reflejos y mantenía una regularidad que lo transformaba siempre en penda de garantía para su equipo. Una tarde los albicelestes jugaban un partido amistoso con una selección del norte e Ibacache masticaba la rabia por un gol tonto que le habían hecho. En eso un dirigente al verlo molesto le acercó  una estampa de Fray Andresito para que cambiara la cara y tuviese mejor suerte. Sin embargo, el golero rechazó el obsequio. Y un minuto después, en una rápida jugada un delantero rival llegó tarde a una pelota y le pegó una feroz patada en el mentón, que lo dejó casi con pérdida de conocimiento. Cuento corto Ibacache estuvo casi tres meses en el hospital y desde ese minuto nunca más se atrevió a rechazar al patrono. Es más, hasta que dejó de jugar siempre colocaba una imagen del fraile en un rincón del arco, y le agradecía devotamente luego de cada buena actuación.

El queso de "Colo Colo" González. Durante la famosa gira de Colo Colo, en 1927, el plantel se encontraba en La Coruña (España) alojando en un Hotel de nombre "La Perla". Si bien, el establecimiento no estaba lleno de lujos la comida era en exceso abundante. Por ejemplo, un almuerzo cualquiera consistía en: entrada de mariscos, sopa, guiso de carne, guiso de verdura, asado, postre, frutas y pasteles. A todo este suculento menú se agregaba un enorme queso fresco que alcanzaba, por lo bajo, para cuatro personas. El tema es que a medida que pasaban los días, en cada almuerzo o cena el queso desaparecía muy rápido lo que alertó al empresario que organizaba la gira, el que increpó duramente al dueño del hotel. El asunto es que tras una investigación se descubrió que en la habitación del jugador Gaonzález, más precisamente, debajo de la cama, se encontraba un lote grande de quesos que el futbolista sustraía sigilosamente en cada una de las jornadas. Más tarde cuando la delegación viajó a Portugal cada vez que los jugadores tenían hambre aparecía un queso de la maleta del "Colo Colo" González.  . 

Los gritos de Jose Manuel Moreno. Cuando el astro argentino estuvo en Chile, en 1949, una de las cosas que más echaba de menos de su tierra era el grito enfervorizado del público, una característica muy particular de nuestros hermanos allende Los Andes y que tiene que ver con su ascendencia italiana. La cosa es que José Manuel señalaba que hasta le incomodaba jugar a veces, ya que el estadio parecía tener un "público fantasma". Por esa razón el transandino gritaba como loco todo el partido, ya que así tapaba el pesado silencio del hincha chileno.

Goleadores récord en un solo partido. Anotar seis o más goles en un solo match no es cosa fácil, de hecho son contados con la mano los jugadores que han logrado tal proeza. En 1961 hubo dos casos, algo que nunca más se ha repetido. El primero fue Carlos Campos un día que la U aplastó a Rangers por seis a dos. Y meses más tarde, el argentino Giarrizo de Everton le hizo otros seis a Audax en el 7x1 final. Después, en 1972, Francisco "Chamaco" Valdés hizo seis en el 8x0 a Rangers; mientras que en 1974 Jaime Barrera convirtió seis en la goleada de La Serena sobre Antofagasta. La serie sigue en 1990 cuando Aníbal González logró batir también en seis ocasiones a Arturo Fernandez Vial. Sin embargo, el récord de récords llegaría en noviembre de 1993 cuando el cruzado Lukas Tudor logró la hazaña de marcarle siete goles a Antofagasta (8x3 final).
Otros jugadores que también hicieron seis goles en un partido fueron Hector Zapata de Mulchen Unido (regional penquista) y Ricardo Cabrera, de Lota Schwager (torneo de ascenso).

Debut sin aire. en 1988 llegaba a Cobreloa el reconocido volante argentino Marcelo Trobbiani, campeón del mundo con la selección de Bilardo del 86. El esperado debut de la gran contratación loína se concretó en un partido con O'higgins de Rancagua en el antiguo Municipal de Calama. Y la verdad es que el transandino no defraudó, ya que convirtió un gol de gran factura y luego habilitó con maestría a Juan Covarrubias para que este anotara. Eso es lo que se vio desde fuera, porque dentro del campo Marcelo no lo pasó tan bien. De hecho, cuando no iban ni cinco minutos de partido y, tras los primeros piques, Trobbiani ya no daba más, por el efecto de la altura. Le pesaban las piernas y tenía dificultades para respirar. Tanto era su incomodidad que varias veces le preguntó al arbitro cuanto quedaba para el fin del partido. Con el tiempo el astro rioplatense se fue acostumbrando a las condiciones calameñas, aunque nunca se olvidaría del terrible ahogo que sufrió en ese primer encuentro.  HDF/facundo
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Anecdotario del jugador chileno 4

8/23/2019

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Las Mufas del Pato: a principios de los 90, cuando Patricio Yáñez regresó a Chile, un reportero gráfico de un medio impreso le solicitó al ex puntero de la Roja una sesión de fotos para ilustrar una nota periodística que se titulaba "Las cinco marchas del Pato". El gráfico le sugirió a Yáñez que se subiera a un auto de carrera, pero éste se negó, aduciendo que tiempo atrás habían hecho lo mismo con un centro delantero de la U, el que justo después de eso había tenido una racha larga de malos partidos. Tras la negativa el reportero gráfico le propuso al Pato que entonces se subiera a una moto, pero Yáñez tampoco quiso, recordando un caso similar de mala suerte que afectó a un jugador de Colo Colo. Cuento corto, la sesión  de fotos terminó con el Pato corriendo en una cancha.

La "mala pata" de Orlando "Chocolito" Ramírez. El ya fallecido ex jugador de la UC y Palestino, durante los años 60, jugaba contra Colo Colo por los cruzados, pero esa tarde noche no podía encajarla en el arco rival Cada vez que quedaba a tiro de gol su remate se iba desviado o terminaba en las manos del arquero. La mala suerte tenía hastiado a nuestro protagonista, que desesperado le pegaba patadas al pasto. En eso se produjo una nueva incursión de la UC y Ramírez iba con pelota dominada hacia el pórtico albo, pero el "Chita" Cruz lo salió a marcar fuerte y le quitó la pelota, no sin antes rozarle la canilla al "Chocolito", quien quedó en el suelo quejándose de aparente dolor. Cruz se le acercó y con algo de ironía le dijo: "mejor agradécemelo, lo hago para romperte la mala pata...".

Peor Jugador. Al término del match un jugador de Santiago Morning masticaba la rabia al perderse un penal y cuatro goles literalmente en la boca del arco. Con la mirada en el pasto se acercó a la banca y le comentó a su entrenador: "¿Habrá algún jugador peor que yo? El DT con tono irónico le contestó: "Sí. pero no juegan.....".

Crack de entrenamientos. En los años 60 Colo Colo tenía, en su reserva, un centro delantero que prometía ser gran figura, sobre todo en los entrenamientos donde hacía partidos espectaculares y convertía goles de antología. El problema era que cada vez que lo ponían de titular los nervios lo traicionaban y terminaba jugando de manera desastrosa. Pasaron los meses y el delantero siguió calentando la banca. hasta que un día los albos disputaban un amistoso y ante el mal rendimiento del ariete, el entrenador lo llamó para que ingresara. Como no había ni presión ni responsabilidad se mandó unos golazos de colección. Al término del duelo el sorprendido coach exclamó: "Es cuestión de decirle, cada vez, que el match es un amistoso......".

Zaguero tras las rejas. En los años 20 Santiago Wanderers fue a buscar a Coquimbo a un defensa de apellido Vergara, que era un verdadero crack. Los caturros lo cuidaban como "hueso de santo", sobre todo porque el zaguero solía literalmente "caerse al litro". De hecho, muchas veces tuvieron que ir a rescatarlo a las cantinas de Avenida Brasil o a los puestos de Caleta Jaime. Como la situación se complicó más de la cuenta un dirigente de apellido Moncada no halló nada mejor que hablar con el Teniente Serrano, de Carabineros, y pedirle que mantuviese encerrado a Vergara en la previa de los partidos. Y así no más fue, los viernes el jugador ingresaba a una de las celdas y así lo tenían bien descansado y comido, hasta poco antes del duelo. Además como Wanderers jugaba, en esa época, en la cancha de Carabineros el cuartel quedaba a pasos de los camarines, por lo que Vergara pasaba de la  celda a vestirse de corto. Otros tiempos (Mister Pipa).
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Anecdotario del jugador chileno 3

9/29/2018

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A principios de 1951 Unión Española y Everton se preparaban para disputar un trascendental partido de definición, para dilucidar al campeón del torneo 1950. Y coincidentemente, por esas casualidades de la vida, el mismo día del encuentro dos jugadores del cuadro hispano estarían destinados  a vivir una emoción doble que marcaría sus vidas, ¿Qué había pasado? meses antes Hernán Fernández e Isaac Fernández habían decidido contraer matrimonio con sus parejas, de manera conjunta, en una fecha que increíblemente coincidió con la del match final con los ruleteros. Ante ello, hicieron gestiones para poder postergar el encuentro, pero Everton se negó a esa posibilidad.
Como es de imaginar el nerviosismo de los futbolistas durante esa jornada fue extremo. A las 12 del día estaban en plena ceremonia nupcial, co todo lo que ello implica; y a las seis de la tarde estaban de corto tratando de concentrarse en el partido, y con toda la emoción de la lucha por un título corriendo por las venas. 

Casi 10 años después, en Rancagua, el defensa de O´higgins, Juan Pérez vivía una situación muy particular. Un día paseaba por el centro de ciudad  y, de repente, sintió la tincada de tentar la suerte con los juegos de azar. Cuento corto compró un número de la lotería y lo guardó en su billetera. A los pocos días, y sin mucho entusiasmo, se acordó de su cartón y compró el diario para verificar la combinación. Bueno, grande fue su sorpresa cuando, luego de revisar, se dio cuenta que se había ganado un suculento y millonario premio.  No lo podía creer, de hecho, como se estaba recuperando de una lesión, pasó varios días pensando que haría con el dinero. 
Después de algunas semanas Pérez se reintegró a los entrenamientos del equipo ante las miradas alegres de sus compañeros, que no dejaban de solicitarle diversos préstamos. Incluso uno le dijo "Pero Juan que estás haciendo acá, mejor anda y cómprate una cancha para ti solo". 

En esa misma época, se jugaba en Talca uno de los últimos partidos del campeonato y Rangers atacaba con todo, en busca del gol. Era tanto el dominio de los rojinegros que su arquero no había recibido ningún tiro de real peligro, ni siquiera lejano. De hecho, el meta figuraba afirmado a uno de los postes de brazos cruzados.  
Pero, de un momento a otro, el equipo rival cortó una jugada, se produjo un rebote y la pelota le quedó justo a uno de sus delanteros, que se fue sólo en demanda del arco. ¡Sale!, ¡Sale! le gritaban al portero, pero este no daba respuesta y seguía pasmosamente apoyado uno de los palos. La desesperación de sus compañeros fue total y varios se agarraban la cabeza, ya que el gol era inminente. Finalmente se concretó la conquista y cuando fueron a ver al arquero se percataron de que éste estaba profundamente dormido. Luego de un buen zamarreo, el atribulado golero dijo ¿Qué pasa?, ¿Dónde estoy? ante la mirada furiosa del resto de los jugadores.

En los 70, el jugador Osvaldo "Pata Bendita" Castro fue toda una leyenda en Deportes Concepción, principalmente por su potencia para la ejecución de los tiros libres. De hecho, se cansó de hacer goles de mediana y larga distancia, y fue el terror de los arqueros en todas las canchas del país. Por eso, cuando se acordó su traspaso al fútbol mexicano los hinchas penquistas lamentaron enormemente su partida. ¿Quien podría reemplazar a Castro? 
La verdad es que no pasó mucho tiempo, porque rápidamente apareció un sustituto ideal, su nombre era Nelson Vásquez, quien se tardó casi nada en demostrar sus dotes de gran rematador. Pero aún así, persistían algunos fanáticos morados que no compraban a Vásquez. Era necesario tapar bocas y eso llegó unas semanas después. Entretenido partido en Collao y el equipo rival concede un tiro libre, a la entrada del área grande, Vásquez  toma vuelo y segundos después, tras el pito del árbitro, se despacha  un bombazo de proporciones que fulmina el arco contrario. Fue tan potente el disparo que el arquero jamás vio la pelota, que hizo pedazos las mallas e incluso fue a dar fuera del estadio.  /HDF


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Curiosidades e historias de arqueros memorables de la Roja

12/12/2017

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Chile se ha caracterizado siempre por tener buenos arqueros, eso pocos lo discuten. Desde los albores del fútbol profesional y la selección chilena se han sucedido rutilantes figuras, bajo los tres palos. Quizá el primer golero que se recuerde por su calidad y protagonismo fue Manuel Guerrero, "El Maestro", bautizado así por los argentinos en aquellos primeros partidos jugados por Chile en el Río de La Plata. El portero nacional se mandaba actuaciones realmente portentosas, pese a las abultadas goleadas que recibíamos, en esa época, de parte de los trasandinos y uruguayos. Cuesta imaginar cuantos goles nos habrían encajado si no hubiese sido por Guerrero, quien, a pesar de su baja estatura, impresionaba por sus impresionantes reflejos y seguridad.

Ya en los años 30 el relevo lo toma otro gran guarda palos como Roberto Cortés, quien tuvo el honor de defender el pórtico chileno en el Mundial Uruguay 1930. El era el meta de Colo Colo y le ganó la titularidad, en base a esfuerzo y calidad, a otro gran arquero como Cesar Espinoza, quien defendía a Santiago Wanderers. Cuentan que en los preparativos de la selección para la cita mundialista era tanta la sana rivalidad entre los dos porteros que ambos se jugaban la vida en todos los entrenamientos, causando el asombro y admiración del resto de los futbolistas. Finalmente, Cortés se quedó con el puesto y la verdad es que justificó con creces la decisión del técnico húngaro Jorge Orth, ya que tuvo actuaciones sobresalientes en todos los partidos (México, Francia y Argentina).

En la década de los 40 surge uno de los tres grandes arqueros de toda la historia del fútbol chileno, hablamos de Sergio Livingstone, muy recordado por sus brillantes jornadas en la valla de Universidad Católica y en la Roja de todos. El "Sapo" era un portero muy completo, irradiaba seguridad, tenía voz de mando, poseía buen juego aéreo, achicaba como los dioses y por su agilidad llegaba a pelotas casi imposibles. Defendió a Chile en el Mundial de Brasil 1950, donde tuvo buenas actuaciones frente a Inglaterra, España y Estados Unidos. Y hasta fines de los 5O prácticamente se adueñó del arco nacional, donde brilló en eliminatorias y sudamericanos.
Entre sus historias recordadas basta mencionar dos actuaciones memorables en el arco de la selección como en ese sudamericano de 1945, cuando, frente a los argentinos, lo atajó literalmente todo. Fue un muro de piedra para la brillante delantera trasandina integrada por Méndez, Pontoni y Martino, quienes no entendían como todas sus brillantes jugadas chocaban con las manos del "Sapo". Sólo una fortuita acción albiceleste, con rebote incluido, y cuando Sergio estaba muy tapado, logró vencerlo, casi en las postrimerías del encuentro. Pese a la amarga derrota, ese día su titánica actuación quedó grabada, a sangre y fuego, el aficionado criollo.
La otra, fue en febrero de 1954 en Asunción, cuando intervenciones realmente espectaculares motivaron, al término del partido, a que todo el equipo guaraní decidiera levantar en andas a Livingstone, como gesto de admiración por su gran calidad. Y eso que Chile perdió ese partido seis por cuatro. 

En los años 60 sobresale el nombre de Misael Escutti, otro gran portero, quien, eso si, fue por muchos años presa de una crítica despiadada, por parte de la prensa y la hinchada. No pocos le reprochaban que en el arco de Colo Colo atajaba hasta las mariposas, pero que se ponía la camiseta de Chile y se le aparecían los fantasmas. Se comía goles tontos y a veces se mostraba muy inseguro. Lo cierto es que su desempeño durante el Mundial 1962 fue bastante aceptable, a excepción del partido de semifinales con Brasil donde tuvo responsabilidad en al menos dos tantos. 
​
Continuará.
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El récord de Mario Osbén en las eliminatorias de 1981

5/8/2017

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Se lo propuso cuando comenzó el proceso eliminatorio para el Mundial España 1982 y, al final, lo cumplió con creces, dejó su valla invicta en los cuatro partidos con Ecuador y Paraguay, en el invierno de 1981.  Un récord inolvidable para Mario "Gato" Osbén, que lograba algo nunca visto en en la historia de los procesos clasificatorios de la Roja .

Hay que decir que el portero chileno estaba, por esos días,  en su mejor momento, tanto en Colo Colo como en el arco de la selección, después de un año 80 donde no lo había pasado bien (de hecho se pensó que hasta podía dejar el fútbol, a causa de rebeldes lesiones). De hecho, irradiaba confianza a sus compañeros de defensa (Lizardo Garrido, Elías Figueroa, Mario Soto y René Valenzuela), por eso, sabía, íntimamente, que podía dejar su pórtico en cero, en los cuatro duelos que se venían. Y así no más fue, primero vino el empate con Ecuador en Guayaquil (24 de mayo), donde tuvo una correcta actuación, llena de aplomo y seguridad. Luego llegó el histórico triunfo ante Paraguay (7 de junio), por la cuenta mínima, en el cual Osbén tuvo portentosas intervenciones como el achique a Juan Ramón Isasi, una jugada muy difícil porque el hábil delantero enfrentó al "Gato" con pelota dominada. En esa jugada el meta se tiró hacia adelante obligando a Isasi a rematar con prisa, lo que hizo que la pelota le rebotara y se fuera al córner.
Posteriormente vino la revancha con los ecuatorianos (15 de junio), donde Mario volvió a mostrar una seguridad a toda prueba, con despejes fenomenales, gran timing para cortar centros y reflejos impresionantes. Y, finalmente, coronó una seguidilla inolvidable con el partido de vuelta, frente a los paraguayos (21 de junio), en el que no tuvo fallas y, además, gozó de la suerte siempre importante, en estos casos, sobre todo en el taponazo del "paragua"  Micheliagnoli que azotó uno de sus postes. 

El invicto de Osbén, ese 1981, fue importante para que Chile clasificara al mundial español, sin perder un solo partido, y quedó como un registro único en los anales de la Roja. /HDF


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Roberto Rojas y sus días de suplente en Sao Paulo

4/9/2017

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Corría 1988 y el brillante portero chileno Roberto Rojas no lo pasaba nada de bien en su nuevo club, el Sao Paulo FC, al que había llegado en agosto de 1987, por la importante suma de 200 mil dólares. Después de nueve partidos como titular en el arco, el "Cóndor"había perdido el puesto, a manos de su compañero Gilmar, lo que lo tenía masticando rabia y desconsuelo.

Todo partió el 31 de octubre del 87 cuando los paulistas fueron a Curitiba, a jugar con el equipo local, por la Copa Unión. Esa jornada fue negra para el arquero nacional,  ya que aparte de sufrir una dura derrota de 3 por dos, Rojas se fue expulsado, tras un conato con el volante Tostao, de la escuadra rival. Tras el duelo y la fecha de suspensión, el entrenador Cilinho, le comunicó a Roberto que pondría a Gilmar, bajo los tres palos, en el siguiente partido con Fluminense. Y así fue, pero con el agravante que Gilmar tuvo una brillante actuación frente a los cariocas, lo que lo catapultó en el primer equipo. Todo se oscureció para el guardavallas chileno, quien fue comunicado que permanecería en la banca, algo que no ocurría desde sus lejanos tiempos de Aviación, en 1980. 

La situación era dolorosa para el "Cóndor", pero aún así siguió trabajando al máximo para recuperar el arco del Sao Paulo. El problema es que comenzaron a pasar los partidos, las semanas y los meses y la titularidad no llegaba. El portero acumulaba inquietud y algo de molestia, más aún porque se acercaba a pasos agigantados la participación de Chile en la clasificatorias para el Mundial Italia 1990, donde Chile debía enfrentar nada menos que a Brasil y Venezuela. Esto lo tenía nervioso, ya que él deseaba llegar en el óptimo nivel posible a la instancia eliminatoria.

En Chile, la situación de Rojas preocupaba, aunque su titularidad en la selección era segura, ya que el técnico Orlando Aravena, lo tenía como puesto fijo en la valla. Lo que más se comentaba, por esos días en el país, era que la suplencia del chileno era más que sospechosa. Se hablaba que había intereses creados en Brasil, para no hacer jugar a Roberto, y así perjudicar a una de las máximas figuras de la Roja. Algo que no era del todo descabellado, ya que los brasileros estaban muy preocupados de Chile, sobre todo después de la humillante derrota recibida en Córdoba algunos meses antes, durante la Copa América de Argentina.  

Finalmente, poco tiempo después, Roberto Rojas recuperaría su puesto en el arco paulista, el que mantendría hasta el final se su estada en Sao Paulo, justo después de las eliminatorias para Italia 90 y del triste episodio vivido en el Maracaná.

El episodio de suplencia de Roberto Rojas en el Sao Paulo se parece mucho a la situación vivida, casi 30 años después, por Claudio Bravo a su llegada al Manchester City de Josep Guardiola. La historia de repente se repite casi con calco. /HDF




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Fernando Cavalleri, ídolo morado en la cancha y desde la banca

4/7/2017

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 El argentino Fernando “Palito” Cavalleri es uno de los símbolos históricos de Deportes Concepción, de hecho, ha estado presente en las tres más importantes campañas que ha tenido el cuadro lila en toda su historia. Las dos primeras como jugador, una en 1975 cuando lo del Biobío llegaron segundos, en disputada final de campeonato con Unión Española, elenco donde compartió con figuras como Mario Osbén, René Valenzuela y Víctor Estay; y la otra, en 1980, cuando capitaneó quizá una de las mejores formaciones del Conce, donde brillaban nombres como Daniel Montilla, Oscar Rojas, Guillermo Toledo, Rodrigo Santander, Jorge Américo Spedaletti y Luis “Pelé” Araya entre otros. 

La tercera gran temporada la vivió desde la banca, en 1990, cuando fue el artífice de un notable campeonato, que posibilitó la clasificación del "León de Collao"a la Copa Libertadores 1991, escuadra que contaba con jugadores como Nicolás Villamil, Juan Carlos Almada y Héctor Adomaitis, por nombrar algunos. /HDF


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