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Colección de Historias

El día en que el mítico Magallanes sufrió su peor goleada

11/16/2020

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El 21 de enero de 1934, pocos meses antes que se iniciara el torneo de la liga profesional, el equipo de los "Aguerridos", como se le llamaba a Magallanes en esa época, pactó un duelo amistoso con el Morning Star, cuadro representativo de la colonia inglesa residente. La idea era comenzar a prepararse para el campeonato oficial, el cual debía comenzar a mitad de año. Los albicelestes tenían el mayor desafío, ya que debían defender el título ganado en la todavía reciente definición con Colo Colo, a fines de 1933. Y aunque el campeón sufriría la baja de varios de sus baluartes, todos sabían que lo más probable era que ganaran los magallánicos, que eran, sin duda, el mejor equipo de Chile. 

Pero grande fue la sorpresa esa tarde de domingo, en los Campos Sports de Ñuñoa, ya que los "Gringos" le pasaron por arriba a los de la carabela, ante el estupor de los espectadores. El scorer fue de un inimaginable 8 x 4 para los del Morning, que jugaron un primer tiempo de ensueño, en el que literalmente le salió todo y, también, un poco más. Orden táctico, buenos pases, anticipación del rival, y una efectividad altísima fueron algunas de sus virtudes. Influyó mucho el excelente juego de Carvajal, Arellano y principalmente de Roa, un centro delantero que no perdonó una frente al arco del portero Meza (a quien tras ese duelo lo bautizaron como -Mesón-).

​Al término de los primeros 45 los "Aguerridos" perdían 8 x 0 y todos sus jugadores estaban como aturdidos y desorientados, en el campo de juego. Fue tal la paliza que, tras el descanso los "Aguerridos" heridos en su amor propio mejoraron bastante su performance anotando cuatro goles, lo que a la postre completaron el marcador final. En ese sentido, destacó el aplomo de Arturo Torres, quien desde la zaga les gritaba, como un loco, a sus compañeros para que fueran, con todo, en busca de descuentos. Y no fueron más de cuatro lo tantos de Magallanes gracias a la actuación maravillosa del meta Droguett, del Morning, quien salvó pelotas que eran casi imposibles para cualquier arquero. Al final del match la diferencia de cuatro goles algo disimuló  la verguenza deportiva y la barra de Magallanes pudo retirarse con un sabor no tan amargo. 

Y como tantas veces pasa en la vida, y también en el fútbol, la revancha llegaría, tarde o temprano, para vengar la dolorosa derrota. Y esta vez sería con saña. Fue en el último partido de la brillante campaña del Magallanes campeón 1934. Esa tarde del 1 de diciembre los "Aguerridos" se dieron un festín con los "Gringos", ganándolos por la abusadora cifra de 11 x 0. Un marcador excesivo, pero que sirvió para lavar heridas y dejar en claro que ese duelo de enero jamás debió haber existido. /jma

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Audax demuele 9 X 2 a la UC, en 1945

11/3/2020

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La familia cruzada estaba feliz ese fin de semana, a mediados de octubre de 1945. Motivos había de sobra, el principal, la inauguración oficial del Estadio Independencia, un atractivo recinto construido a pocas cuadras del Estadio Santa Laura. De hecho, el viernes 12, ante poco más de 14 mil personas, el nuevo coliseo había sido presentado, en sociedad, en un solemne evento, al que estuvieron invitadas las otras universidades más importantes del país (U. de Chile, U de Concepción y Federico Santa María). El sueño del estadio propio se hacía realidad para los católicos, que pensaban coronar ese gran hito con una buena actuación el domingo 14, ante Audax Italiano, por la quinta fecha de la segunda rueda,  del campeonato oficial de primera división.  

Pero esa simbólica tarde de domingo, que sería testigo del estreno futbolístico del nuevo estadio de la UC, se transformó en una jornada de pesadilla para los jugadores y fanáticos de la Universidad Católica, ya que los itálicos literalmente arrollaron a los estudiantiles por un humillante 9 x 2. Fue una auténtica masacre de los verdes que se encontraron con el partido perfecto, Ahora, en 1945 no era impensado que los de calle Lira derrotaran a la UC, es mas era lo más probable (tenían paternidad), pero nunca por una diferencia de siete goles.

Entonces: ¿Qué fue lo que pasó ese día en Independencia? A la hora de encontrar razones convincentes los cronistas de la época se inclinaron por explicar lo sucedido, "por esas cosas fortuitas y misteriosas que tiene el fútbol". Eso sí, hay que convenir que, a lo mejor, por la presión de mostrar un buen nivel de juego ante sus hinchas, el equipo entró nervioso a la cancha, lo que pudo haber jugado en contra. Y ante la solidez y efectividad del rival sencillamente el cuadro de la franja se derrumbó como un castillo de naipes. Lo cierto es que la defensa fue un pasadizo, el medio campo una oda a la incapacidad y el ataque, a excepción de una parte del primer tiempo, incapaz de hacer daño alguno. Pero no sólo jugó mal la Católica, sino que también la goleada se explica por el duelo redondo que hicieron los itálicos, donde sobresalieron Reynoso y Villasante que hilvanaron, sucesiva e incansablemente, mortíferos ataques, casi siempre capitalizados por el goleador Giorgi, quien solito le encajó cuatro al portero Sergio Livingstone. 

Cuando terminó el encuentro un silencio incómodo llenaba el flamante estadio. La fiel hinchada no daba crédito a lo sucedido y media aturdida permanecía pasiva intentando encontrar razones frente a la cruel realidad. Y mientras tanto, los jugadores rebasados por la verguenza intentaban apurar los saludos para enfilar lo más rápido posible hacia los camarines. 

Ha sido la única vez que la UC recibió nueve goles en un partido oficial en Chile, pero sí hubo otra ocasión en que perdió por siete tantos de diferencia (fue en 1954, cuando cayó 7 x 0 con Santiago Wanderers). HDF/jma

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Primer partido formal en Chile, 1893

6/20/2020

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Es en la elipse del Parque Cousiño donde se realizaron los primeros aprontes del fútbol en la capital, en los primeros años de la última década del siglo XIX. En ese emblemático lugar grupos de jóvenes, entre trabajadores y estudiantes, improvisaban canchas llevando los arcos y marcando el campo con ceniza. Simultáneamente se disputaban entretenidos duelos, seguidos muy de cerca por algunos británicos que frecuentemente corregían algunos aspectos del juego. La actividad futbolística que casi siempre se extendía hasta el anochecer, al principio eran observada con incredulidad por transeúntes y curiosos, pero con el pasar de los meses y años cientos de personas se fueron reuniendo en el parque para ver o jugar este novedoso y entretenido deporte. Era un lugar popular y para todos que siempre mantuvo ese sello. Ya en 1892, una selección de esos jóvenes y pioneros futbolistas capitalinos crearon el Santiago Club y luego decidieron retar a sus símiles de Valparaíso, los que se suponía eran los mejores de Chile. Nacían así los famosos "entre ciudades".
 
El esperado primer duelo Inter City finalmente se efectuó el 5 de agosto de 1893, en los pastos del Parque Cousiño, en los que se conoce como el primer partido formal de la historia del futbol chileno. La mayor habilidad y experiencia de los porteños se notó ese día en la cancha, ya que los visitantes aplastaron a sus anfitriones por un categórico 7 a 2. Arbitró en esa histórica jornada Mr. E.W. Millie y los equipos formaron así: por Santiago; P.Scott, Mac Coll y Coast; Madden, Roger y Anderson; Hood, Melrose, V. Scott, Jones y Allan. Y por Valparaíso: Webb, MacNougton y Reynolds; Roberts, Bailey y Crangle; Baldwin, Woodgate y D.Scott, Fleming y Simpson. Claramente parecía un partido jugado en Inglaterra, pero así eran las cosas en esa época, los británicos eran los amos y señores del futbol.
 
Santiago vistió un uniforme con franjas horizontales azules y rojas y pantalón azul; mientras que Valparaíso usó camiseta blanca con una franja diagonal roja y pantalones blancos.

Un partido aparte disputaron las barras de ambos equipos. La porteña, muy bulliciosa, hacía sonar pitos, matracas y bombos; mientras que la de Santiago, menos numerosa, contaba con la banda musical del "English", que interpretaba marchas y operetas de la época.

​Después del encuentro, ambos equipos se reunieron en una velada de camaradería en el sector de Quinta Normal, donde quedó pactada la revancha. La que se materializó el 10 de septiembre en la elegante cancha del Sporting Club. En ese duelo no cambiaron mucho las cosas, ya que los porteños volvieron a golear, esta vez por un claro 5 por cero.
 
Estos primeros duelos pusieron a Valparaíso como referente del incipiente fútbol nacional, algo que incluso llegó hasta fuera de las fronteras, ya que a fines de ese mes una delegación de gringos de Argentina llegó al país para disputar unas mini olimpiadas de fútbol, tenis y cricket con los gringos locales. El resultado en fútbol fue 1 x 0 para Chile, en lo que se conoce como el primer partido internacional en la historia del fútbol chileno. HDF/MisterPipa.    

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Crónica del primer clásico penquista, en 1982

6/12/2020

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Aunque Arturo Fernandez Vial y Deportes Concepción tienen décadas de historia, sobre todo el almirante, la primera vez que se encontraron en el profesionalismo fue el 3 de abril de 1982, en el marco del  torneo Polla Gol de la segunda división. Ese día y ante más de 20 mil personas vialinos y morados tuvieron un frente a frente que sacó chispas, y aunque no hubo goles en las porterías quedo el recuerdo de un clásico vivido y jugado a muerte, tanto en la cancha como en las tribunas.

El primer tiempo fue todo aurinego  ya que por lagos minutos arrinconaron al Conce en su propia arco, mediante centros y tiros de media distancia. En ese sentido, destacaron las incursiones por izquierda de Tapia y Ovando que siempre crearon gran peligro. Eso si, hay que decir que la defensa de Concepción entrego varias licencias a los atacantes rivales .y si no es por el arquero Valle, otra habría sido la historia. De hecho, antes de los 30 lo tuvo Castro para el Vial, pero falló en el finiquito.

Como en todo clásico la pierna fuerte y el roce intenso estuvieron presentes en cada jugada, lo que motivó que los ánimos se fueran caldeando, a medida que transcurría el primer lapso. Y la gota que rebalsó el vaso llegó a los 38 cuando el árbitro expulsó a Durán y Godoy por intercambios de puntapiés. Esto modificó los esquemas, principalmente en el Vial, donde Nelson Acosta tuvo que dejar su labor de contención, en la mitad de la cancha, para auxiliar el bloque posterior. 

El segundo tienpo  todo morado

Ya sin Acosta barriendo el mediocampo fue Concepción el que encontró más espacios en la segunda etapa, administrando mejor la pelota y llegando en ataque con más orden. Además, esta vez fue la defensa del Vial la que se mostró errática y dubitativa, lo que facilitó las intentonas moradas. 
La cosa pudo dar un vuelvo a los 71 cuando Acosta se fue expulsado por violento foul a Pedraza, pero el Conce no fue efectivo en el arco de Morales. La más clara la tuvo Catafau, quien desvió increíblemente el remate cuando ya todos coreaban el gol. 

Ya en la parte final el partido se fue desvirtuando por las excesivas faltas y por el actuar del juez que interrumpía el juego a cada rato. En esos minutos llegaron las expulsiones de Gutiérrez y Figueroa y luego la lluvia de proyectiles desde las tribunas, en rechazo al cometido arbitral. Por suerte ya no quedaba nada para el fin del partido, porque sino la situación podría haberse agravado más. /HDF jma 


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Crónica del primer partido profesional, 1933

6/3/2020

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Falta poco para las 16 horas del 22 de julio de 1933 y en el Estadio Santa Laura está a apunto de comenzar el primer partido de la liga profesional, que animarán Audax Italiano y Morning Star. Entre el púbico asistente hay curiosidad por ver que resulta de este nuevo experimento, algunos creen que este torneo corto de siete fechas pasará sin pena ni gloria, mientras que otros sostienen firmemente que el profesionalismo es el camino que debe seguir nuestro fútbol para caminar hacia el desarrollo. 

El publico en el recinto de Plaza Chacabuco no pasa de las 2 ml 500 personas, pero no es por desinterés, sino por miedo, ya que en las últimas semanas se ha extendido por la capital una epidemia del virus exantemático. De hecho, las autoridades han restringido el aforo de eventos más masivos, para prevenir el aumento de los contagios.

Los elencos ya están en la cancha, el Morning con su escuadra titular y los itálicos con una formación suplente, ya que el primer equipo lleva varios meses de gira por varios países de América (Perú, Costa Rica, Cuba, Estados Unidos y Canadá, entre otros), en un periplo que los llevará a disputar más de 60 cotejos. El partido se demora casi 15 minutos en comenzar porque el árbitro designado, Pedro José Malbrán, no aparece por ningún lado. Pero rápidamente es designado, en su reemplazo el dirigente Jorge Bate, quien amablemente se ofrece para superar el traspié. 

Audax alinea el siguiente equipo esa tarde de invierno: Jorge Miranda, Belisario Salinas, Aníbal Madrid, Manuel Bustos, Manuel Figueroa, Erasmo Torres, José Arias, Gino Lacoponi, Julio Miranda, Salomón Meielli y Dante Guidice. Mientras que el Morning Star juega con: Jorge Olate, Erasmo Fuentes, Guuillemo Corbari, Oscar Sánchez, Amador Oyanedel, Artuto Ahumada, Humberto Roa, Isaías González, Segundo Chaparro, Osvaldo Carvajal y Manuel Castro. 

Un buen partido para empezar

Apenas se inicia el duelo se nota que hay ánimo entre los jugadores para desplegar emociones y buen fútbol.. Son los verdes los que toman la batuta del partido y rápidamente generan la apertura de la cuente cuando Julio Miranda cabecea, en gran forma, un centro de Arias. Quizá él no le toma el peso, pero su tanto será recordado eternamente como el primer gol de los torneos profesionales en Chile. Pero el Audax no se queda ahí, porque dos minutos más tarde Lacoponi marca el segundo con un zapatazo terrible que se le cuela alto al portero del Morning. Esta última estocada golpea fuerte a los ingleses que por varios minutos se ven desorientados en la cancha, pero el Audax no aprovecha esta oportunidad y se pierde varias opciones claras. Más encima, en los 30 es el Morning, el que ya más recuperado, encuentra el gol del descuento, tras un remate esquinado de González que deja sin opción al arquero Miranda. Así con un juego más que parejo terminan los primeros 45 minutos.

En la segunda etapa la contienda sigue igual de pareja, incluso es el Morning el que más ganas le pone, en este caso para lograr el empate. Lamentablemente, la impericia de sus atacantes impiden que el gol llegue. El Audax consciente de su ventaja cede, en parte, la iniciativa al rival y está al acecho ante cualquier descuido para sentenciar el partido. Y es esto lo que precisamente ocurre a los 85 minutos cuando Miranda, en aparente posición off side, arranca solo para batir al meta Olate. 

Termina el partido y los jugadores de ambos equipos de saludan en el centro de la cancha, ante el ruidoso aplauso del público presente. Es que no defraudó para nada el primer match del profesionalismo, pese a las dudas por el formato del torneo y la amenaza del tifus. HDF/MisterPipa    


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1938, nacen los duelos entre Colo Colo y la U

5/17/2019

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Corría abril de 1938 y el joven plantel de jugadores de la Universidad de Chile estaba ansioso, pero a la vez muy entusiasmado. Se había presentado la oportunidad de ingresar a la Liga Profesional, un sueño ampliamente añorado por los estudiantiles, que se sentían capaces de batirse con clubes ya experimentados como Magallanes, Audax o Colo Colo. Pero antes de poder entrar a competir los organizadores de la liga exigieron que la U jugase dos partidos a modo de examen. El primero fue ante Audax Italiano y luego de un peleado encuentro los laicos se inclinaron por dos tantos a uno. 

Pero fue el segundo partido el más interesante, ya que por primera vez en la historia se enfrentaron al temible Colo Colo, campeón vigente de la liga e integrado por varios de los mejores jugadores chilenos de la época. El match se realizó el sábado 23 de abril en el Estadio de Carabineros y fue dirigido por el árbitro Manuel Contreras. Fue una gran disputa, de principio a fin, lo que cautivó a los helados hinchas que se amontonaban en las galerías de madera del reducto ubicado junto al Mapocho. Lo más increíble de todo es que pese a la supuesta superioridad alba, fueron lo de camiseta celeste los que abrieron el marcador e incluso llegaron a ponerse dos a cero arriba, con Goles de Riera y Davanzo. Pero tras dura batalla los del cacique lograron dar vuelta el marcador y con dos tantos de Flores y otro de Arancibia se pusieron tres por dos. Pero en el minuto 43 del segundo tiempo, ya cuando Colo Colo abrochaba el triunfo, un inspirado Fernando Riera marcó la definitiva paridad a tres. 

La figura de la cancha esa fría tarde de abril fue el arquero universitario Eduardo Simián, quien salvó en innumerables veces la valla estudiantil. Después de ese confiable examen el equipo de la U tenía la puerta abierta para jugar en el profesionalismo.  

El primer partido oficial

Tres meses y medio después del encuentro jugado en el Estadio de Carabineros, albos y universitarios se volvieron a ver  las caras, esta vez por los puntos, en el los Campos Sport de Ñuñoa. La situación era diametralmente distinta, era ya el final de la primera rueda del torneo y Colo Colo contaba con cada punto en su lucha por dar caza a los punteros; mientras que la U cerraba la tabla de posiciones, con un plantel en el que cundía la desmotivación y el desencanto.. Con ese panorama, lo previsible era una goleada y eso es lo que precisamente ocurrió. Los blancos arrasaron esa tarde en la cancha de Ñuñoa, firmando un aplastante seis por cero, con tres goles de Flores, dos de Manuel Arancibia y otro de Carlos Arancibia. Ni la calidad y aplomo de Simián salvaron a la U, que vivió una jornada para el olvido. De hecho, la revista Crack al otro día irónicamente tituló: "los estudiantes parece que van a repetir año".

Así comenzó a escribirse la historia de un duelo que con el correr de las décadas se transformaría en clásico y luego en super clásico del fútbol chileno.  /Croata
 



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Orígenes del Clásico universitario: 3 hitos

10/24/2018

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1. El primer clásico universitario que registra la historia fue un partido empapado de amateurismo que se jugó un 1 de noviembre de 1909 en una cancha ubicada en calle Carmen, cedida por el antiguo Cricket Club de Santiago. La iniciativa surgió en el marco de la eterna rivalidad entre los estudiantes de ambas casas de estudio que vieron en el floreciente deporte del fútbol una manera sana y entretenida de competir. Ese día se vivió un arduo y parejo partido que cuando estaba empatado a tres goles y, antes que terminara el tiempo reglamentario, debió ser suspendido porque se rompió la pelota.
 
2. 18 años más tarde se produce el primer enfrentamiento entre ambas universidades, en el marco de la segunda división de aquella época. Fue el 13 de junio de 1937 y marcó el debut oficial de la  UC en el profesionalismo. El encuentro se jugó en el Estadio Militar, ante 12 mil personas, y fue el preliminar del duelo de fondo que animaron Colo Colo y Morning Star. En esa jornada llamaron la atención las coloridas barras estudiantiles, ambas dirigidas por jefes que megáfono en mano avivaban los gritos y cánticos para sus respectivos equipos. Ese día partió la paternidad azul, ya que la U venció dos por uno, con goles de Juan Las Heras y Jaime Riera (Passara descontó para los cruzados). 

3. Poco mas de un año después, tuvo lugar el primer clásico de primera división, el que se disputó el 2 de julio de 1938, ante 25 mil personas, en el Estadio Nacional. También  fue victoria del Chuncho, por dos goles a cero. Ese primer duelo fue el “clásico de los Riera”, ya que los tres hermanos fueron protagonistas absolutos durante esa jornada. A los 44 minutos Guillermo centró y cabeceó Jaime para vencer al “Sapo Livingstone” y marcar el uno por cero para los azules. Ya en el segundo tiempo, a los 29, el cruzado Fernando se perdió un penal, tras gran atajada del “Pulpo” Simián; y a los 76 minutos Guillermo cerró el marcador, en favor de la U, con un derechazo que contó con la complicidad del “Sapo”, a quien se le soltó la pelota. /HDF


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Colo Colo barre con Rangers en el día de todos los santos

10/15/2018

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Fecha 26 del campeonato nacional de 1972, Colo Colo realiza uno de lo mejores torneos en toda su rica historia futbolera y avanza, a paso raudo, hacia la undécima estrella, sólo amagado, a cierta distancia, por Unión Española y Universidad de Chile. Es 1 de noviembre y mientras muchos chilenos van en masa a los cementerios a recordar a sus muertos, en el Estadio Nacional más de 63 mil almas llenan el coliseo ñuñoíno para disfrutar del temible equipo albo, que esta vez recibe a Rangers de Talca, escuadra que lucha a muerte por no descender.  

Ya en la cancha, desde los primeros minutos se aprecia el abismo de diferencia que existe entre ambos contendores. Por un lado, un cacique hambriento de triunfo que disfruta en el campo de juego, con futbol asociado, transiciones rápidas, creatividad y un ataque vertical y agresivo. Y por otro, un conjunto timorato, que ha entrado con la derrota dibujada en la cara y que se ve avasallado, en cada subida por las bandas, de Mario Galindo y Manuel Rubilar, los punzantes laterales colocolinos. 
Con ese panorama el primer gol no tarda el llegar. A los 14 Sergio Messen se manda un gran desborde por la izquierda y envía un preciso centro hacia atrás, para que empalme, con todo, Francisco Valdés. En los minutos siguientes los talquinos siguen jugando a nada y dan muchas licencias en defensa, lo que no es aprovechado por Colo Colo que se pierde varios tantos. 

Pero a los 31  minutos el cántaro se rompe de nuevo, Edson Beiruth llega "hasta la cocina" del área rangerina y se enfrenta sólo al meta Gerly, pero, en vez de disparar, cede atrás para que aparezca Chamaco, quien ejecuta un ajustado tiro que pasa entre varios defensores rojinegros. Así termina la primer etapa, con un Colo Colo que ha perdonado mucho. Aunque en el aire se huele a goleada. 

El show de Chamaco Valdés
Los segundos 45 minutos son un partido aparte, el fútbol espectáculo se toma el Nacional y se plasma una goleada histórica que premia el afán ofensivo del equipo popular. Los blancos deleitan con su juego, de la mano de Valdés, quien convierte otros cinco goles, estableciendo una marca histórica, solo superada por Luka Tudor 20 años después.
La fiesta comienza a los 5 minutos, centro de Galindo y empalme de Messen para el 3 por cero. Un minuto después, otro centro, esta vez de Leonardo Véliz, y Chamaco anota el cuarto. A esa altura, cada llegada de Colo Colo puede ser gol, Rangers es un equipo que deambula por la cancha, esperando sólo que todo termine luego. Pero el abuso continua, minuto 55 Osorio, elude a toda la defensa piducana y con el arco vacío marca el quinto. Y 10 minutos después llega el sexto, uno de los tantos más lindos de la tarde, Chamaco recibe la pelota a la entrada del área rival, engancha hacia el medio eludiendo a un defensor y al ver que el arquero estaba adelantado se despacha un remate, con malicia, que se clava en un ángulo, ante la ovación de todo el estadio.

Ya en las postrimerías del partido y con un Rangers fantasma, llegan los dos últimos goles. a los 88 un tiro libre perfecto de Chamaco, que con su acostumbrada calidad vence al portero Gerly. Y a los 89 el cerebro y figura de  Colo Colo cierra su tarde gloriosa con otro nuevo empalme, tras centro de Véliz. 
Colo Colo 8, Rangers 0, fin de la historia y partido para guardarlo en los anales de la historia alba.
Un mes más tarde el cuadro popular se probaría la corona en partido memorable con Huachipato, en el antiguo Estadio Regional de Collao. /HDF


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La "batalla campal" entre Wanderers y la U, en 1976

5/12/2017

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Ese domingo 18 de julio de 1976, en Valparaíso, todo se daba para presenciar un buen partido de fútbol, la Universidad de Chile visitaba Playa Ancha entreverada en los lugares de avanzada, junto a Everton y Unión Española. Por su parte, Santiago Wanderers, aunque rondaba la medianía de la tabla, tenía plantel y nombres como para aspirar a algo más. Por eso no extrañó que once mil personas llegaran al estadio, expectantes por ver un entretenido duelo.

El encuentro comenzó con todo: alto ritmo, pierna fuerte y jugadas de peligro en ambas áreas. De hecho, el árbitro Cantillana golpeó la mesa tempranito al ponerle tarjeta amarilla a los azules Salah y Pinto, dejando claro que no aguantaría el juego brusco. Volviendo al fútbol, a los 10 minutos se produjo la primera incidencia del pleito, el central "caturro" Maluenda quiso devolver la pelota a su arquero con un cabezazo, pero calculó mal la fuerza superando, con un globito, la resistencia del meta Frez. Un regalo para la U que sin mayor esfuerzo se ponía arriba en el marcador. Mientras que en el otro bando, el gol caldeó los ánimos y comenzaron las recriminaciones entre los jugadores, que procesaron con mucho nerviosismo el tanto en contra. 

Tras la apertura de la cuenta, el juez Cantillana cambió visiblemente su actitud y de un arbitraje severo, paso increíblemente a otro mucho más permisivo. Esto hizo que acciones francamente alevosas, por parte de ambos equipos, terminaran sin la más mínima sanción. A esa altura, la U ejercía algo de dominio sobre los porteños, pero sin la profundidad suficiente, y en Wanderers, Francisco "Chamaco" Valdés trataba de imponer orden en el medio, con su talento acostumbrado, lo que motivo dos claras oportunidades para empatar en los pies de Meza y Fonseca. Lamentablemente, las opciones perdidas siguieron enmarañando el clima en las filas "wanderinas", lo que se tradujo en feas faltas contra jugadores azules, las que fuero desestimadas, eso sí, por el árbitro. 

Un segundo tiempo donde el fútbol desapareció

Ya en los 45 minutos finales, ambos equipos hicieron cambios, pero hubo uno que alteró drásticamente el trámite del partido. A poco de reiniciado el encuentro, el recién ingresado Cordero, de Wanderers literalmente levantó, de una patada, a Ghiso, lo que hizo que el árbitro lo expulsara de inmediato. De ahí, en adelante, el ambiente dentro de la cancha se oscureció por completo, el fútbol dejó de existir, para dar paso a las entradas violentas, planchazos, empujones, puntazos en los tobillos y zancadillas; sólo importaba agredir al contrario. En esos minutos debieron irse a las duchas Ashwell, Pinto y Pizarro, en la U; y Osorio y Díaz, en el local. Pero la increíble pasividad de Cantillana no sólo lo impidió, sino que, además, contribuyó a que la ofuscación de los jugadores fuera escalando cada vez más. Así, no extrañó que las cosas fueran empeorando y que tras feas infracciones de Osorio y Quinteros, ambos "wanderinos" se fueran expulsados, dejando a su equipo con ocho jugadores. Lo más sorprendente es que ningún hombre de la U tuvo que irse de la cancha, algo inexplicable, ya que los azules cometían igual o mas infracciones violentas que los del puerto. 

Si hubo algo de fútbol en esos pasajes del partido los puso Wanderers, que con ocho jugadores se envalentonó y curiosamente mejoró su nivel de juego, tanto que llegó a la hazaña de conseguir el empate, en una fina definición de "Chamaco" Valdés, tras remate de Fonseca. Luego de la paridad, los verdes se metieron atrás, para defender con "uñas y dientes" el empate a uno. Hasta que en el minuto 90 llegó la jugada decisiva. El "Toro" Aránguiz dio un magistral pase al espacio para Montenegro y los defensas "caturros" jugaron mal la línea del off-side, dejando al atacante azul libre para marcar el gol de la victoria. Todo bien hasta ahí, sólo que segundos después y en una actitud totalmente reprochable, Aranguiz le mostró la camiseta a Rubén Díaz, en actitud de burla, a lo que el "wanderino" respondió con un derechazo seco al mentón, que dejó nocaut al volante universitario. Después de eso, el partido de fútbol se transformó en una gresca fenomenal, donde combos iban y combos venían. Todo terminó, aunque usted no lo crea, con otros dos expulsados de Santiago Wanderers, que ya le quedaban sólo seis jugadores en el campo. Dado eso, el negligente juez Cantillana dio por terminado el match. Y para colmo Aranguiz no se fue expulsado y la U terminó con once jugadores. Cosas del fútbol chileno..../HDF   
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La U le hace partido a México, poco antes del inicio del Mundial 86

5/4/2017

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Un mes y medio antes de que la Selección de México iniciara su participación en la Copa del Mundo 1986   (donde debía enfrentar a Bélgica, Paraguay e Irak); todavía estaba inmersa en una desesperada serie de partidos preparatorios, que buscaban darle el ajuste final al equipo liderado por Bora Milutinovic. En ese contexto, el "Tri" pactó un desafío, al mejor de dos encuentros, nada más y nada menos, que con Universidad de Chile, por esos días flamante puntero del Torneo de Apertura criolllo.  

El primer duelo, jugado el 20 de abril, en el Estadio La Corregidora de Querétaro, fue de alta dificultad para los locales, ya que los azules se plantaron con personalidad y buen juego, ante los 35 mil espectadores que presenciaron el match ese día. Sorprendió el cuadro chileno,  de entrada,  con mucha dinámica, rápidos movimientos y una sólida defensa comandada por Manuel Pellegrini y Luis Alberto Mosquera. Por eso, no extrañó que los universitarios se crearan varias opciones de gol, y que a los 20 minutos,  tras un tiro de esquina, Patricio Reyes empalmara un fenomenal cabezazo, para batir al meta Olaf Heredia y abrir la cuenta.

México sintió la estocada y se instaló en el área de la U con sucesivos ataques, a través de Manuel Negrete y Luis Flores, siendo este último el que conseguiría el empate, a los 36, con un largo y potente tiro que venció a Jaime Tejeda, quien algo de culpa tuvo en la primera conquista del local. Y para colmo, sólo cuatro minutos después, en un córner, Tejeda salió mal y Pellegrini no alcanzó a cubrir el espacio, lo que dejó solo, frente al arco, a Flores, quien conectó de cabeza, para volver a vencer la valla chilena. 

La U roza el empate

En el segundo tiempo, los mexicanos bajaron la intensidad y el ritmo, volviendo a exhibir gruesas licencias defensivas. Esto lo aprovechó la U, que tuvo otro largo rato de buen juego, sobre todo entre los 30 y 40 minutos, cuando se creó cinco claras ocasiones de gol. Una, en los pies de Mariano Puyol, quien se escapó por la banda y casi convierte, con un remate cruzado; dos zapatazos de Héctor Díaz, que obligaron a grandes intervenciones de Heredia;  y otras dos nítidas oportunidades de Erik Lecaros, cuyos tiros sembraron pánico en la defensa  verde. Por contra parte, el local sólo tuvo dos, a la mano, para ampliar el marcador, muy poco para un equipo que seis semanas después tendría que comenzar a disputar un exigente campeonato mundial, en su casa.

A lo mejor otra habría sido la historia ese día, para el equipo nacional, si los delanteros azules hubiesen estado más finos con el arco, o si el Meta Jaime Tejeda hubiera estado más atento en la custodia de su pórtico. Días más tarde, ambas escuadras volvieron e enfrentarse en Torreón, con nueva victoria mexicana, esta vez por la cuenta mínima. /HDF



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