Luego de sus primeras temporadas europeas, en el St. Gallen suizo y el Sevilla, en julio de 1992 Iván Zamorano aterrizaba en el Real Madrid, un sueño para el goleador nacional que pasaba a convertirse en uno de los más importantes jugadores chilenos de la historia. Su llegada al cuadro merengue por más de seis millones de dólares significaba el trampolín definitivo en la carrera del "Bam Bam", que había sido especialmente solicitado por el técnico Benito Floro, para que reemplazara al legendario Hugo Sánchez. Al principio hubo dudas en la exigente afición madrileña, pero muy luego Zamorano tapó bocas a punta de goles convirtiéndose en protagonista de la temporada 92-93, en la que convirtió 26 tantos, tres menos que Bebeto, quien fue el Pichichi de ese año. Sin embargo, el final de esa temporada fue más bien amargo, ya que en el último partido con Tenerife el Madrid salió derrotado, malogrando sus opciones de título y Bam Bam fue expulsado. Las cosas no mejoraron mucho en la temporada siguiente, ya que apareció la maldición de la sequía y nuestro goleador estuvo 123 días sin poder marcar, de hecho, no anotó un gol en toda la primera rueda, lo que generó inquietud no solo en el Real Madrid, sino también en todo nuestro país, donde domingo a domingo todos los chilenos observaban por la TV lo que pasaba con el máximo ídolo nacional. En la segunda rueda Iván volvió a gol, pero fue un torneo que pasó sin pena ni gloria, tanto para el equipo como para él. Pero lo más difícil estaba por venir, ya que en la temporada 94-95 llegó como nuevo entrenador el argentino Jorge Valdano, quien de entrada declaró que Zamorano no estaba en sus planes y que en caso de quedarse sería el último de los cinco extranjeros, en orden de prioridad. "Bam Bam" declaró que él se quedaría a cumplir su contrato y que trabajaría duro para demostrar que Valdano estaba equivocado con él, lo que quedó en evidencia en la primera oportunidad que tuvo, primera fecha de la liga frente al Sevilla y Zamorano anota a los 14 segundos de juego. De ahí en adelante, vendrían 27 goles más, el logro de Pichichi como máximo goleador y la gloria del título, conquistando la estrella 26 para el Real Madrid. Valdano diría después que lo impresionó la fuerte convicción y fe en sí mismo de Iván, que terminó por doblarle la mano y cambiar totalmente su percepción inicial. Una verdadera lección de sacrificio y lucha ante la adversidad del jugador chileno que sería premiada con la gloria deportiva. Zamorano estaría un año más con los merengues, para después emigrar al Inter de Milán, donde continuaría con su brillante carrera deportiva. /HDF Jorge Robledo dominó con su calidad y exquisita técnica buena parte de los años 50 del fútbol chileno. Hijo de padre chileno y madre inglesa a los seis años dejaba su natal Iquique, para trasladarse con su hermano Ted a Inglaterra, donde demostraría muy luego sus habilidades futbolísticas. Junto a su hermano inicialmente se enrolaron en un equipo menor, el Barnsley, para en 1948 dar el gran salto y pasar a formar parte del Newcastle, donde aportaron en gran forma para que el equipo rayado obtuviera la Copa Inglaterra, en 1951.
Un año antes y en su primer acercamiento con Chile, Jorge había integrado la delegación que participó en el Mundial 1950, en Brasil, donde fue el centro delantero titular. En esa época los hermanos Robledo, tras meditarlo muy bien toman una decisión trascendental, regresar a Chile y probar suerte en el fútbol de su país de origen, pero no contaban con la negativa del Newcastle, que se negó a visar cualquier tipo de transferencia de los hermanos a tierras chilenas, situación que los tuvo largo tiempo sin probarse los botines. Sólo en 1953, tras la venia de club inglés y la disputa de los equipos chilenos por contar con los Robledo, los adquiere Colo Colo. Con el cacique Jorge logró dos títulos (53 y 56), dejando su sello europeo, tanto en la cancha como en el camarín. /HDF Sin duda uno de los arqueros más excéntricos que ha tenido el fútbol chileno. Destacaba por sus grandes reflejos y su hipnotizante mirada, con la que él decía perturbaba a los rivales. Era un guardameta que jugaba para el público, le gustaba mucho que los hinchas disfrutaran con sus locuras y actuaciones. Su historia futbolística comienza con su debut, a los 15 años, en el Estadio Nacional, defendiendo los colores de Colo Colo, en un partido con Universidad Católica. Estuvo desde 1965 hasta 1972 en la tienda alba, saliendo campeón con el cacique en 1970. En 1973 se muda a Coronel para jugar una temporada por Lota Schwager. Y al año siguiente recala en Palestino, donde estaría hasta 1979. Destaca en esta etapa, el título obtenido con los árabes en 1978, donde el Loco fue una de las grandes figuras. Entre 1980 y 1985 vuelve a la Octava Región, pero esta vez para vestir la camiseta de Naval de Talcahuano. Y en el 86 regresa a Palestino, en su última parada por el fútbol nacional, ya que después partiría por un periplo que lo llevaría por Alemania y Estados Unidos. En 1989 dejó el fútbol activo y en 1993 falleció, tras suicidarse, agobiado por problemas personales. /HDF
Sin duda, "Chamaco" está en la lista privilegiada de los mejores jugadores que ha producido nuestro fútbol, finiquitador exquisito, sobre todo en sus comienzos en Colo Colo, donde fue apadrinado por el gran Enríque "Cua Cua" Hormazábal. Poco después, siguiendo los consejos del "Zorro" Álamos se convenció de la idea de retrasarse un poco, para aprovechar su rica visión panorámica de juego, que le permitía armar las jugadas de peligro y habilitar a sus compañeros. Pero, pese a jugar de antiguo 8 o enganche actual, Valdés siguió marcando muchos goles a lo largo de toda su carrera. Fueron, en total 18 temporadas y 215 tantos en 476 partidos, un aún inigualado récord en la historia de nuestro fútbol. Durante su paso por el cacique fue protagonista absoluto de la gran campaña de 1973, en la Copa Libertadores, y un año más tarde participó en la delegación chilena que estuvo en el Mundial de Alemania 1974, donde compartió liderazgo con Carlos Reinoso. También estuvo en el Mundial de Inglaterra 1966, pero no jugó ningún minuto. Aparte de Colo Colo, "Chamaco" jugó en Unión Española, Antofagasta, Wanderers, Cobreloa, Arica y Audax Italiano, donde concluyó su brillante carrera, en 1983. /HDF Por largas temporadas de los años 70 y 80 fue el mejor portero de nuestro fútbol, con su juego elegante, excelentes reflejos y gran ubicación bajo los tres palos. Ya en sus primeros años con Concepción, Ñublense y Lota Schwager se le reconocía por su calidad y también por su gorra inconfundible, que paseaba por todos los estadios. Hablamos del recordado Mario "Gato" Osbén, titular indiscutido de los equipos campeones de Unión Española 1977, Colo Colo 1981 y 1983, y Cobreloa 1988 y 1992. Sus grandes temporadas las viviría en los 80, cuando llega a Colo Colo y luego a Cobreloa, además de la Selección Chilena, con la que vivió casi diez años de permanente protagonismo. Primero en la Copa América de 1979, luego en las eliminatorias para el mundial de 1982, posteriormente en la gran cita mundialera de España, y en último término en la Copa América de 1987, donde fue parte de la delegación, junto a Roberto Rojas. /HDF
El 19 de enero de 1996 el presidente de Universidad Católica anunciaba con evidente tristeza la partida definitiva de Alberto Acosta y Néstor Gorosito, quienes emigraban al Yokohama Marinos, de la liga japonesa, en una operación que se cerró por siete millones de dólares, una cifra inalcanzable de resistir para los jugadores argentinos e imposible de contrarestar para el fútbol chileno. Terminaba así la aventura de esta talentosa dupla trasandina que lleno de calidad y talento las canchas chilenas, y cuyo recuerdo se volvió imborrable para la fanaticada cruzada. El "Beto" alcanzó a jugar 69 partidos por UC, entre torneo nacional, Libertadores, Copa Chile y Copa Interamericana; anotando nada menos que 68 tantos, es decir casi un gol por partido. Mientras que el "Pipo" participó en 86 ocasiones, marcando 18 goles. Ambos aportaron para la UC consiguiera su primer título internacional (Copa Interamericana) y la Copa Chile de 1995, aunque la deuda que quedó pendiente fue la obtención del título nacional, que se volvió imposible, ya que se encontraron con otro gran equipo, la Universidad de Chile de Marcelo Salas. Más tarde, el "Beto" Acosta volvería a Chile, para seguir con su legado de goles. /HDF
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