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Colección de Historias

La historia de Chile contra Perú en Copa América

6/30/2019

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ImagenPartido memorable, en 1955
El denominado "Clásico del Pacífico" tiene una rica historia en Copa América, plagada de partidos a muerte y buen fútbol. Entre 1935 y 2015 se registran 20 duelos, con ocho victorias para los chilenos, seis empates y seis triunfos peruanos.

El registro comenzó un 26 de enero de 1935, en el Estadio Nacional de Lima (ante poco más de 12 mil personas), en el marco del sudamericano extraordinario de se año, que se jugó en conmemoración de los 400 años de la fundación de la capital peruana. Ambos cuadros venían de amargas derrotas frente a Argentina y Uruguay,  En el caso del equipo chileno, un 1-4 lapidario frente a los transandinos y un muy injusto 1-2 con la "Celeste" (con penal brujo inventado por el árbitro). Comandaban ese plantel los veteranos de 1930, entre los que estaban Giudice, Schneeberger, Vidal, Carmona y el portero Cortez; quienes habían recibido algunas críticas por su falta de rigurosidad y preparación deportiva, en tiempos en que el profesionalismo recién asomaba en el fútbol criollo.. 

El encuentro entre chilenos y peruanos  fue entretenido y los rojos mostraron superioridad frente a los del Rímac, de hecho, el arquero peruano Valdivieso tuvo que trabajar bastante para evitar sendos goles de Schneeberger, Vidal, Giudice y Aranda. Lamentablemente en una arrancada los locales anotaron, con tanto de Morales y así concluyó el encuentro. La Roja termino última en ese certamen, con cero punto y tres derrotas, un castigo a la irregularidad mostrada en el juego. 

Un año más tarde, en el torneo tradicional celebrado en Argentina, Chile volvió a encontrarse con Perú, en un duelo muy disputado, en la cancha de San Lorenzo, que terminó en empate a dos. En Chile destacaron el defensa Schneeberger y el trio central compuesto por Avendaño, Carmona y Raúl Toro. Este último brilló con luces propias transformándose en goleador y máxima figura del campeonato. En esa edición, jugada por primera vez de noche, comienzan los cambios durante los partidos y es recordada porque Chile logra -por primera vez- derrotar a Uruguay, en partidos oficiales.

La historia de los duelos entre Chile y Perú prosigue en el certamen de 1939, jugado de nuevo en el país incaico. Fue la tarde del 22 de enero, en el Nacional Limeño,  y la Roja cayó inapelablemente por tres goles a uno, en su segundo match (había perdido 5-1 ante los paraguayos, en el debut). Ese día la defensa chilena compuesta por Lobos, Cortés y Córdoba soportaron las embestidas peruanas sólo el primer tiempo, ya que en la segunda fracción tres zapatazos del "Lolo" Fernández, estrella del equipo albirojo, cerraron el partido. El chileno Domínguez, de tiro libre, descontó al final del partido.
​Durante el desarrollo del torneo los jugadores nacionales se enteraron del terremoto de Chillán, lo que causó gran conmoción en la delegación chilena y obligó a un minuto de silencio, antes del duelo contra Uruguay.

Se afianza una leve supremacía chilena en los 40

Ya en en la década del 40 el "Clásico del Pacífico" tiene su siguiente versión en el campeonato extraordinario jugado en Chile, en 1941. El 9 de febrero de ese año en un repleto Estadio Nacional, ante 55 mil personas la escuadra chilena, comandada por el gran Sergio Livingstone, logró imponerse por la cuenta mínima, ante un difícil conjunto peruano. El desequilibrio se produjo al final del primer tiempo, tras un centro del alero izquierdo chileno Pérez que pilló desacomodado al meta Honores y se coló en la valla peruana. El equipo visitante buscó con desesperación el tanto del empate asediando por el resto del partido a la defensa nacional, la que tuvo que esforzarse por mantener la ventaja. Sólo el empuje emocionado del público hizo que los once gladiadores chilenos soportaran el incesante machacar de los albirojos, hasta el pitazo final. Chile terminaría ese torneo en el tercer lugar, tras Argentina y Uruguay.

Al año siguiente, en la cita de Montevideo, chilenos y peruanos se encontraron en el último partido del sudamericano, en el que se registró un insípido cero a cero. Chile venía de dolorosas goleadas por 6-1 frente a brasileños y uruguayos y, además, se había retirado de la cancha, en el duelo contra Argentina, ante los descarados cobros del árbitro, que validó dos penales inexistentes. 

Ahora, hay que ir al 9 de diciembre de 1947, en Guayaquil (Ecuador). Chile venía de un debut espantoso con Uruguay, que arrasó 6 por cero, con el joven y renovado cuadro nacional. La moral estaba baja, pero existía la convicción de sólo se podía mejorar. Y así fue, la Roja exhibió un juego armónico, consistente y sólido que siempre fue más que su rival. Ese día anotaron para Chile Sáez y Varela, y la gran figura fue Fernando Riera, que deslumbro como wing derecho. Algunos detalles de ese torneo: fue la primera vez que una delegación chilena viajó en avión y fue el debut en la banca de Luis Tirado, quien ya pensaba en el plantel que iría al mundial de 1950. 

14 meses después, en Sao Pulo (30 de abril de 1949), se produjo la primera caída fea, ante los peruanos, por Copa América. Fue en el penúltimo partido del torneo, Peru todavía peleaba en la parte alta con Brasil y Paraguay, mientras que Chile ya jugaba por el honor (tenía tres derrotas, un empate y una victoria). La cuenta fue 0-3, pero pudo ser mucho peor, de no ser por la portentosa actuación del "Sapo" Livingstone, que salvó por lo menos cuatro tantos más. Fue un verdadero festín de los delanteros incaicos que entraban por todos lados. Un dato curioso de ese torneo fue que por primera vez en la historia Chile perdió con Bolivia (2-3).

La tendencia se mantiene en los 50

El 4 de marzo de 1953, se jugó el octavo partido entre chilenos y peruanos por Copa América. Fue en el Sudamericano de Lima, Chile venía de una dolorosa derrota con los paraguayos (0-3) y de un histórico triunfo ante Uruguay (3-2). El encuentro termino sin goles, pero la gran figura volvió a ser Sergio Livingstone, quien incluso fue felicitado efusivamente por los jugadores locales. En esa selección chilena destacaban, también, figuras como Farías, Carrasco, Cremashi y Meléndez. 

Ya en el Sudamericano de Santiago, en 1955 (6 de marzo, en el Estadio Nacional), se jugó quizá uno de los encuentros más emotivos que se recuerde entre ambas selecciones por Copa América. La Roja acababa de debutar con un apabullante 7 por 1 a Ecuador, por lo que moral y la confianza estaban muy altas, aún más jugando de local. Al frente se venía una corajuda y difícil escuadra peruana que se batiría de igual a igual, sin complejos (ellos tenían más físico y eran más rápidos, mientras que en los chilenos había más sentido de equipo). Bueno, lo que se vivió ese día fue una epopeya de fútbol y emociones, que deleitó a las poco más de 42 mil personas que llegaron a Ñuñóa. Desde el principio, ambas escuadras se fueron, como fieras, en busca de la victoria, pero Chile mostró más inteligencia y efectividad. De hecho gracias a los goles de Manuel Muñoz y Jorge Robledo Chile logró irse al descanso dos por uno arriba. Ya en el segundo lapso, las cosas mejoraron aún más, ya que Enríque Hormazábal  y Jorge Robledo dejaron la cuenta 4-1. Pareció que sería fácil, pero el empuje peruano y las fallas en la zaga nacional hicieron realidad lo que se veía imposible. En pocos minutos los del Rímac metieron tres goles y emparejaron el duelo, cuando aún faltaban 15 minutos de juego. Afortunadamente, antes del final, apareció la habilidad de Jaime Ramírez para meter un zapatazo alto y asegurar la victoria, lo que tranquilizó a los angustiados hinchas que ya no soportaban la avalancha de emociones del partido. 
Chile llegaría segundo en ese sudamericano, tras perder en el último partido con Argentina, en un encuentro que comenzó con tragedia, ya que antes del inicio, una avalancha de personas que querían ingresar al estadio hizo que seis hinchas perdieran la vida.. 

Casi un año después, en Montevideo (9 de febrero de 1956), Chile se midió con Perú en el cuarto encuentro y el equilibrio de fuerzas siguió intacto. Duro partido para ambos y leve superioridad roja que, tras emotivos 90 minutos, logró imponerse 4-3, con goles de Hormazábal, Fernández, Muñóz y Leonel Sanchez, quien hacía sus primeras apariciones en los sudamericanos. Esa copa fue especial porque Chile venció a Brasil 4 por uno, en un gran partido jugado en el Centenario, donde brilló con luces propias el gran "Cua Cua" Hormazábal.  

La historia nos da otro partido en 1957, en el marco de otro sudamericano de Lima. El 16 de marzo de ese año la Roja cayó frente a Perú por uno a cero. Pero el resultado dio lo mismo, ya que en ese torneo la noticia fue la rebelión de los seleccionados, que demandaban mejoras económicas, y la indisciplina del plantel, que echó de menos la salida de Luis Tirado. A eso se sumó, a modo de anécdota, la invasión de los hinchas en el partido con Uruguay, en el que medio estadio se volcó a la cancha enfurecidos con los charrúas y vitoreando a los chilenos (a raíz de un injusto cobro en el partido anterior de Perú). 

El último partido de esa década tuvo lugar el 21 de marzo de 1959, en el marco del Sudamericano de Buenos Aires. Ese día chilenos y peruanos igualaron uno a uno, en un encuentro donde Chile jugó un excelente partido, pero careció de la efectividad necesaria para asegurar el match. Los albirojos abrieron la cuenta, al principio del segundo tiempo, tras una gruesa falla del golero chileno Coloma. Sin embargo, Mario Moreno equiparó la cuenta para la Roja, antes del pitazo final. La selección estaba por esos días iniciando un nuevo camino bajo la conducción de Fernando Riera, quien había renovado al plantel con nombres como Sergio Navarro, Jorge Toro, Raúl  y Leonel Sanchez, y Eladio Rojas. 

Viaje a los 70, sigue la paridad

Sin duelos por Copa América en los 60,  los Chile-Perú, en este torneo, se reanudaron el 16 de julio de 1975, en el marco de las eliminatorias del sudamericano de ese año. Aquel día, en un frío y semi vacío Estadio Nacional de Santiago ambas escuadran repartieron puntos en un 1x1 opaco para la Roja (gol de Julio Crisosto). Había frustración en los hinchas, después de la baja actuación en el mundial de Alemania y, además, la base del equipo provenía de la Unión Española, que estaba prácticamente diezmada de lesiones, después de final de la Copa Libertadores, con Independiente de Avellaneda. 
Un mes después, el 2O de agosto se jugó la revancha en Lima y los peruanos le pasaron por arriba al elenco chileno. El marcador final fue 3 por 1 (descuento de Reinoso), pero pudo ser mucho más amplio. Los locales, con quizá lo que quedaba de la mejor generación en toda su historia, nos superaron en todas las líneas. Para el bronce quedaron las tristes expulsiones de Araneda y Véliz, que dejaron al equipo con nueve hombres y motivaron la rechifla de todo el estadio.   

Cuatro años más tarde, en las semifinales de la edición 1979, Chile se cobró revancha, con un equipo de los mejores que recuerde su historia, con figuras como Mario Osbén, Elías Figueroa, Eduardo Bonvallet, Manuel Rojas, Carlos Caszely y Patricio Yáñez. El 17 de octubre, en un partido memorable, la Roja venció, a domicilio, con dos cabezazos fantásticos  de Caszely: y una semana después, sacó pasajes a la siguiente ronda, con un trabajado empate sin goles, en Santiago. La inolvidable campaña de la selección de Santibáñez llegaría hasta la final con aquellos apretados duelos con Paraguay, que terminaría coronándose, a pesar nuestro, en el último lance jugado en la cancha de Vélez Sarfield. 

​Los noventa, equilibrio a toda prueba

Tras una década de los 80 sin enfrentamientos, ambas escuadras volvieron a verse las caras en 1991, en el marco de la Copa América jugada en Chile. Fue el 8 de julio en Concepción, donde más de 30 mil personas llegaron hasta el viejo estadio de Collao, en medio de la lluvia y el barro. Los rojos vencieron por 4 a 2, en la victoria más abultada de Chile en toda la historia de duelos con Perú, por el torneo continental. Los goles chilenos fueron obra de Rubio,  Contreras y Zamorano en dos ocasiones. Pero no fue un partido fácil, ya que los albirojos estuvieron siempre presionando en el marcador, con descuentos de Maestri y Del Solar.

Dos años más tarde, un 24 de junio en Cuenca (Ecuador), el triunfo fue para los peruanos, que ganaron por la cuenta mínima, con penal convertido por Del Solar, tras una dudosa falta cobrada por el referí. Fue una noche negra para la Roja comandada por Salah, que sólo necesitaba un empate para clasificar a la siguiente ronda. Más encima, José Luis Sierra desperdició un penal que habría significado el desahogo chileno. 

En los 2000 domina Chile

Los dos últimos duelos entre Chile y Perú, ya en la segunda década de los 2000, marcan un claro predominio de la Roja, que coincide con la entrada en escena de la denominada "Generación Dorada" chilena. El primer encuentro fue el 12 de julio de 2011, en el Estadio Malvinas Argentinas de Mendoza, cuando tras un apretado partido Chile logró imponerse sólo en los minutos de descuento, gracias a un desafortunado autogol del peruano Carrillo. En todo caso, la Roja hizo sólidos merecimientos para ganar esa noche, ya que tuvo numerosas ocasiones de gol en los pies de Suazo, Jiménez, Valdivia y Sánchez. 

Finalmente, en la Copa América Chile 2015, ambas selecciones se encontraron en las semifinales del torneo. Fue la noche del 29 de junio, en un colmado Estado Nacional y con un Chile inspirado y de luces prendidas, que doblegó -por dos goles a uno- a su clásico oponente. Brilló en esa jornada el delantero Eduardo Vargas que marcó en cada tiempo, con su oportunismo característico cada vez que se viste de rojo. Fue una victoria clara, a pesar del empate transitorio de los peruanos, después del autogol de Medel, ya que Chile fue sólido en todas sus líneas. En el partido siguiente,  final con Argentina, la selección lograría el título máximo de América, luego de un impactante muere muere con la albiceleste de Messi y compañía, que se definió desde los doce pasos. /Maiko, EquIpo HF

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